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B.
l¡tÉREZ
GALD6s
,
.-
ci,ón
sobre -Daniell\lorton; pero t!l?tró el
Sr.
de .
Amarillo,
y
que quieras que no, tuvo que-seu–
tarse
á
la mesa
y
tomár un bocado, aunque
con pi'isa, porque el juez
le.
estaba esperando
•
1
.
71
-para ,ver qué resolución 'se to-maba en elllegQ·
cio de -Caifás.
,D.
Juaó de
Lan~igua,
á
quien -
consultó., dijo de este 'modo su qpjnión: -
.
\
e
N
O
veo razón alguna -para molestar
á '
M
undideo, .mientras no se le prueb.e que
,:ese
dinero
~a
sido mal adquirido.
~Es
que se le probará. ' .
-¿Le' falta ,
á
~sted
algo en su cajaJ
_ -No, setlor; pero el dinero no sale
de la tie«
;rra como la hierba. Cairás ha robado,'
¿á
quién? "
. No
lo
sé .
Propon.go. qUe todos los vecinos del
Ficóbriga recuenten ,
Sij8
fondos,
y
mientras -
~
tanto que José Mundideo sea puesto
á
la
'Bom–
bra.
-
-Pero
la
ley...
-¿QQé
ley, ni ley? ·..
-Sr .
D. Juan-dijo
el cura,
-¿q
uiere usted"
veni r
á
comer mafiana á mi casa del Soto?
-Ya
sé que han ganado ustedes las eleccio–
nes. ¡Bien por el ejéí'citó
de Cristol •.
exclamó
Amarillo con entusiasmo.
y
levantándose al instan te cpu una
copa
de
vino en la mano, afiadió:
e
Propongo un bri udis, sefiores. Brindo por