Libro Séptimo
Capítulo
VII
Y
o
ME ACUERDO HABER
visto en mis niñeces parte desta
fiesta. Vi salir el primer Inca con la lanza, no de la
fortaleza, que ya estaba desierta, sino de una de las casas
de los Incas que está en la falda del mismo cerro de la
fortaleza; llaman al sitio de la casa Collcampata; vi correr
los cuatro indios con sus lanzas; vi sacudir la ropa a toda
la demás gente común y hacer los demás ademanes;
viles comer el pan llamadozancu;vi los hachos llamados
pancuncu;
no vi la fiesta que con ellos hicieron de noche,
porque fue adeshora y yo estaba ya dormido. Acuérdo–
me que otro día vi un
pancuncu
en el arroyo que corre
por medio de la plaza; estaba junto a las casas de mi con–
discípulo en gramática Juan de Cellorico; acuérdome que
huían dél los muchachos indios que pasaban por la calle;
yo no huí, porque no sabía la causa, que si me la dijeran
también huyera, que era niño de seis a siete años.
Aquel hacho echaron dentro en la ciudad donde
digo, porque ya no se hacía la fiesta con la solenidad,
observancia y veneración que en
tiempo de sus Reyes; no se hacía por
desterrar los males, que ya se iban
desengañando, sino en recordación
de los tiempos pasados, porque to–
davía vivían muchos viejos, antiguos
en su gentilidad, que no se habían
bautizado. En tiempo de los Incas
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