Libro Quinto
Capítulo 11
T
RAEN POR ARADO UN
palo de una braza en largo; es
llano por delante y rollizo por detrás; tiene cuatro
dedos de ancho; hácenle una punta para que entre
en la tierra; media vara de la punta hacen un estribo
de dos palos atados fuertemente al palo principal,
donde el indio pone el pie de salto, y con la fuerza
hinca el arado hasta el estribo. Andan en cuadrillas
de siete en siete y de ocho en ocho, más
y
menos,
como es la parentela o camarada, y, apalancando
todos juntos a una, levantan grandísimos céspedes,
increíbles a quien no los ha visto. Y es admiración
ver que con tan flacos instrumentos hagan obra
tan grande, y la hacen con grandísima facilidad, sin
perder el compás del canto. Las mujeres andan con–
trapuestas a los varo–
nes, para ayudar con
las manos a levantar
los céspedes
y
vol–
car las raíces de las
yerbas hacia arriba,
para que se sequen
y
mueran
y
haya
menos que escardar.
Ayudan también a
cantar a sus maridos,
particularmente con
el retruécano
hay/li.
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