Garcilaso, con todo, subvierte la teoría misma de los géne–
ros. Para situarlo, hay que hacerlo en el cuadro en el que ac–
tuó, en la Europa del Renacimiento. Por eso el diagrama que
acompaña este texto. Al lado de los grandes de su tiempo.
De Pico de la Mirandola, por la insaciable fe en los estudios.
Con Erasmo, Moro, Montaigne, Bacon, Galileo. Finalmente,
no como un extraño dentro del mundo renacentista sino
formando parte del mismo. Ese es su lugar. Y a la vez Cusco,
Córdoba, Montilla. Universal.
Notas
1
Acaso por varias razones. La primera es que en su
Historia de la nación
chichimeca,
de
1625,
se encuentran rasgos similares a los de Garcilaso,
es decir, una visión apologética del pasado precolombino, en su caso,
el del antiguo México. Y también, ante el episodio doliente de la Con–
quista, una actitud similar, la de asumirlo como parte de un capítulo
de la historia universal desde la perspectiva de una fatalidad cristiana
conducente a una expansión sin límites de la fe por tierras y naciones. Y
no le falta tampoco la idea de un prolongamiento mestizo de la historia,
bajo el dominio español, tras el fin de Texcoco y del dominio azteca.
2
En, Porras Barrenechea, Raúl. «El Inca Garcilaso de la Vega»en:
Cronistas
del Perú,
Sanmartí y Cía,
1962,
pp.
307-333.
3
Duviols, Pierre, «Garcilaso de la Vega, dit
L'
Inca», en:
Encyclopédie Phi–
losophique Universelle. Les Oeuvres Philosophiques, Dictionnaire,
tome 1,
Amérique du Sud, Chroniques, París, PUF, pp.
4297. 1992.
4
Extraño poema histórico, el cual trata con igual respeto a aqueos y
a troyanos, a vencedores y a vencidos. Se sostiene que los poemas
homéricos son la obra de los aqueos, los vencedores, pero su respeto
por los vencidos, por los troyanos, acaso se deba a que ellos mismos,
los aqueos, vueltos de Troya, fueron a su vez víctimas de una invasión,
y sintieron en carne propia el dolor y la humillación de la derrota. Por
eso, el respeto del otro. El reconocimiento del coraje de Héctor, vencido
por Aquiles.
La /liada
reconcilia a los rivales, a los enemigos, en la común
tragedia de la guerra y de la muerte.
5
A partir de mediados del siglo XIX, la significación de los términos de
historia,
histoire, history, storia,
se separan del uso en alemán, donde que–
da ese concepto,
Geschichte,
que trata de la historia no como sucesión
sino como conocimiento. Incluso cuando decimos que algo es histórico
en el sentido de excepcional, no es por eso
Geschichte,
hasta que no
digamos por qué, precisamente, es excepcional. La verdad no está en
150