prote ta, de rabia y de humor corrosivo. ¿Un mundo paria en
lo económico y triunfante en lo simbólico? Se diría que eso
no resiste el sentido común. Pero en el Perú el oxímoron del
triunfador empobrecido es posible.
En el juego de las tentativas de definición se han usado
algunas que aquí reúno. «Una nueva forma de reconocimiento,
tras comunidades del habla y de la música» (Urpi Montoya
Uriarte). La misma investigadora, «una forma de abrazar e sin
eliminar las jerarquías». Acaso e hallan entre tradicionale ,
obrevivientes y sensoriales, la clasificación para los nuevos
limeño de Rolando Arellano. El que es rico en definiciones
es Buntinx, ora son públicos ganado por un concepto
alternativo, ora una praxis cultural con variables, y en efecto,
propue ta de una
Mus ealidad promiscua;
producto de
«inscripciones múltiples•. En algunas definiciones habitan otras
definicione , por ejemplo . la de otra forma de ciudadanía•,
idea que se puede examinar, era
un debate sob re
multiculturalismo o comunitari mo, que n o e
por e l
momento mi intención de abordar.
La
otra id a que para ita
las definiciones de lo cholo, viene del arte más que de la política,
y e
la de tomarlo como expresión del barroco. Pero no todo
lo que se mezcla e barroco. La India, de arriba a abajo, produce
lo combinatorio y mezclado, y el barr co, fe nómeno preci o
e occidental, no llegó a su cu ltura, ni ahora ni en u pa ado
colonial. Aquí, en cambio, dominó el siglo XVII y XVIIl, como
e sabido. Barroco tuvimos, pero como una expresión en la
que hubo un ra go dominante que no luce la pintura chola o
chicha, la melancolía. Nue tra choledad contemporánea está
más cerca en pintura del expan ionismo vitali ta del pop en
pintura y del rock duro en mús ica .¿La cumbia andina
melancó lica? No, por ahí no e
la co a.
Las definiciones que acostumbramo
on e enciafi tas. Por
la heredada tendencia de reducir fenómeno complejos a una
esencia inamovible y única. Venimo de la Contrarreforma y
el Escolasticismo. En cambio, sería preferible interesar e en
cómo funciona e e conj unto novedo o de fen · menos. Hay
ciencia, cuando e establece que hay un problema, y uno e
pregunta ¿cómo funciona? Por eso, qui iera recoger de todo lo
señalado anteriormente, un par de ra go deci ivo . El u o de
la tradición provinciana, aunque no e la repita del todo. Nadie
confundiría a Dina Páucar con la Pa torita huaracina.
Lo
último
es folclore, lo primero una forma de n
erlo.
Es
imitación y
modificación a la vez. Todo esto de igna lo que llamamos un
«ch amp» . El concepto de «champ» o campo de igna una
entidad, un e pacio, donde e ejerce una erie de ten ione
interna .
La
noción viene de otra di ciplina , de la materia
inerte. Podemo u arla en el mi mo sentido explicativo que e
u a en ciencia
fí ica , un campo electromagnético, gra–
vitacional, físico . Aho ra bien, en cada uno de e o campo ,
hay ten ione , fuerzas y cuerpo que e enfrentan, que e atraen
y repelen. En el cur o de la página ante riore he in i tido -y
no por ca ualidad- en la revolución de lo
indi iduo . Aquí
V
ISIONFS DE LA MODERNIDAD DESDE
!.O
CHOLO
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