l6
c\lltüráUaynn
podido
concebirlo
ó
adeptat'lo(§)• .
¿Qué
s&–
rnejanza
puede admitirse···entre• el
<'lima, por ejen1plo, de
Madrás con el <le
l..ima, aunque
estos
clos
lugares
se hallen
casi bnjo el mismo
grado
de lalitud?
En, ·Madras;
dice Curtis,·
ereept<> en
el
?nes
de
Octubre,
no
s°?la
~rt·
todo··
el·
dño da
mas
lije1·a
•brisa,
·
mu.y
rara
vez se ve
·~~~re/
el
~iorizonte
una
peqtte·ña
nube para mitigar el ardor
~1t~ >•~ctivo
rde
un sol casi
m~rti
cal,
~/el
termómetm, casi en
toq(l~/las
veinte
y
cuat.rohoras, muy
pocas veces
6
nu·~ca
marca .
.
~.~ "!f.2~d.
de ...
fahrenlteil
(22 de
I.team.)
y
casi siempre nmclw
nws
(§§);/mientras
la•
capi•
tal del Perú,
re.~frescada
continuamente por los sures, vientos
húmedos
:.y
ne~tdosos, y·rodeada~or elo~ientey no~te ~e cmle~
nas de
cerros, goza
de un
tem.p1wamen!o
en
qrie
las calidades
__
....,..,___
(§)
¿Qu.ien
puede
··ignorar
<JU.e
el
clima; nias que<
de
otra
cosa,
depende
de las circunstancias
tn'l!?f!;áJicas
de
un
lugar?,
La. cantidad
del calor
imnediato•
delsol;que
es
el
t'ft:clo
de
su
posicion sobre
la
ecli11tiea,
puede ser
disminuido
al
punto
por la elevacion
del terreno
.Mbre
e.l
··.
niVel del
occeano,
11or
su
sítuacidn
con 1·especto
á
los grandes
mares;
pnt
eltutnbOhácia
qne·1J'rt
pais alto
va
descendiendo,
por
la
posicion
y
direccion
<le las cadenas de
mMU<rña•'f,
·
·por··
ra
naturaleza
del
terreno,
por el grado de
cultfoo
á<
que ha llega <to
wi
pais,
y
por los
vientos preualentes en él, q1tl'
resulte
de tod.o esto
itn.
clima
diametralmente opuesto al de otro
país,
cu.lJas
localidades sea1t
contrarias
á
las del
pri11u
1
ro,
aunque se halle
lutjo la
misma
la·
titttd. En el interior de
Inglaterra
hay
climas
casi tan
suaues
romo lm: de la misma Italia;
y
Qtdto, que por sn posicion
geográfica deberia ser uno de los mas cálidos del universo,
es uno de los mas
moderarlos
y
apacibles. Parece que
los
ami·
gos del
calomeüi1w,
juzgando de
los
vllrios climas,
y
compa–
rando
los dd
Indostan con los de
la
América
dd su,d,
no han
tenido pres,mte rnas que
el
ma.pa.¡,Quien pudiera creer que
se les oye haNar de climas
ardientes,
y
aplicar las
obser!f.,a–
ciones
hetlws
en las Indias orientales hasta
á
Santiago de
Chilel-Véase el Bnsayo sobre las
enfetmadades
qmr
se
vade–
cen
eu
Santiago de Chile, por el /)r. G. B,
y
véfmse tambien
'nuestros artfrulos sobre
el
clima de
Chile, en
el Mercurio de
Valparaiso, año
1834,
y
:m.
(§§)
En difcrcnf
Ps
lugares del ludostan
el term6mFtro lia
llegado
á
subir
(
á
la sombra) hasta
115
de Fahrenheit
.6
31
rle lleam.