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1·1

que. por esto-se haya

alterado

en

su:;

principio -

la ·funcion

y

la

orga.nizacion

de

aquel

órgano. El >médico •que quiera,

en aquel <'aso, prevenir 6

curar

la enfermedad·del

hígado,

dehe investigar, mas que toclo,

la·

causa de la"alteracion

de

la

sangre,

y

procurar alejarl.a, 6

dirijit~

el tratamiento á la

alteracion -de los ó'rganos,de que .depende.

E.stá.rsuposicion

es un hecho demasiado frecuente• ¿Qué objeto podrá tener

en Jos

casos

de esta

especie

la administracion

del

calo–

melano?

La alteracion

de

la

sangre,

ya

primitiva

por

causa

de

miasmas,

ó

por la

introduccion directa en ella de subs·

tancias

estrañas

y

venenosas;

ya

secundaria

por

vicio del

corazon, ó -del pulmon,..ó det ·cerebro,

ó

del

estómago

ó

de

e>tros -órganosflf); no

constituye

tampoco el único

caso en

que

el

deilarreglo de

Ja

funcion del hígado no merece

llamar

desde

Juego

y

con

particularidad

Ja

atenciondel

práctico. En

muchísimos

otros, no

siendo Ja alteracion del hí!(ado sino el

efecto

de

una

simpatia,

debe

dirijirse

el

·tratamiento,

pa~ticularmente

en

el principio

del mal, al órgano

que· fa

exci–

ta. ¿Cuantas irritaciones

hepáticas

no dependen

mas

que de

una gastrítis?

¿A cuantas no ha dado

orijen

sino

la

inflama•

e ion de una de las

meninjes?

¿Cuantas no

son

sino compa–

ñeras1

de

afecciones del

pulmon

ó

del corazon1

¿Cuanta&

ictericias, de fas que se llaman espasmódicas, no

dependen

mas que -de una lesion

delgran

simpático

6 de un afecto del

pneumo-gástrh:o?

En casos

semejantes

¿qué puede prome·

terse el

empírico que administra

el calomelano

con

el

objeto

de correjir

la

alteracion morbosa

de los mínimos conductos de

la secrecion del hígado?

Para obrar con

mas

arreglo

á

sus

-. prindpios,

¿no

se

verá obligado

á

administrarlo como un re–

medio universaH

.Mas,

supongamos

que

todo el

mal

esté

en el

hígado,

Y

;que solo en él

exista

Ja

causa

del

desarreglo

de su

fun~ion.

(~)

Los que no se hallan al nivel de la cienc1a, nos acu–

sarán de

Jmmoristas;

y

con este

títu.lo

habrán creido

despre·

ciarnos. No

teniendo

ahora

el

ti

empo d

e desarrollar

nuestras

ideas, les

recomendamos

la

lectura de las obras qu.e s;guen:

Denis, reclterches expérim.e·ntales sur le sang hunwin–

Bouillaud, traité clinique

P.l

e:xpérimen tal des

fiet,re,-;

dites es–

senlielles--Roclwux, mémoire

si.ir

l'hu,

m(;risme

(

Journal

heb·

domadaire de medicine )-And

i-al

, clin ique mtdicale.