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de cálido

y

húmedo

se atemperan de manera e'lltre sí, que

pare..

ce una continuada

primavera

(*).

¿Donde está la

analog-ía

de los temperamentos que

f>Ueda

hacei·

probable

y

esplicar

la de las enfermedades'/

Los

ingleses

que

han escrito i:iohre las enfermedades

que se padecen en

las

Indias orientales,

han

dado una prueba

de juicio, no admitiendo como cierto que Jo que han obser•

vado con

la

mayor

escrupulosidad

en el curso !!le las

enfer–

medades que hau descripto,

y

confirmádolo con exactas

y

numerosas autopsias. Ellos no han imaginado

ó

supuesto;

han conocido

y

demostrado. Han vi!'to reinar

intermiten.

tes en el Bengal

y

en la eosta

de

Malabah' han encontrado

las hepatitis epidémicas

en

la

de

Oorornandel. Clark, Lind,

Macgregor, Ourtis

y

muchos otros, han ahierto

eh

toda regla

un gran número de C'adáveres

(**),y

publica.do

varias obras.

Así es que puede adquirirse una idea.

de

la medicina de los

paises donde estos hombres de mérito han practicado. Mas,

en la América del Sud, ¿quién de los hombres (¡ue nos quie.

ren rejir con las ideas médicas concebidas en las Indias

orientales, ha producido algo que merezca la menor

deracion? Si no quiere admitirse

()Ue

en este pais fos

dicos que son naturales de él hayan formado ya aquella

e~·

pecie de medicina local que tanto es necesaria en el ejercí.

(*)

Unanue, Obser1J. sobre

el

clima de Lima.-El

maxi–

mur.n

que suele

se·ñolar

el

termómetro

en Lima,

en

lo mas

fuer·

te del

'Uerano,

pasa apenas de

20

grados de Ream.

(**)

Para que una autopsia sea útil

y

concluyrnte es pre.

ciso:

1.

0

<Jue el

ohser,vador

sea diestro,

y

tenga vastos cono–

Cimientos

en

.Anatomia,

?J

Anatomia patológica.

2.

0

Que

'!lb

tenga el ridfoulo

orgullo

de

creer

que

nunca se

e<¡11ivoca en sus

diagnósticos:

y

por

consiguiente

no baja

á

la prueba con la cer·

teza de

encontrar

en el cadaver la

demostracion

de sus opinio–

nes, entusiasmarulose

y

7;re1.,iniendose

de antemano.

3.

0

Que

la diseccion se

lwga

en presencia de

uno

á

mas profesores impar·

dales,

para

que el público pueda

estár cie'l'to

que

el

observador

no Ita

obser11ado

con una catarata en los ojos

y

otra mas espesa

en el entendimiento.

4.

o

Que

á

la esposicion de la

aultJpsia

no

haga falta la historia fiel

y

exacta de la enfermedad, que es lo

único que puede hacer interesante

y

demostrativa una

ú

otra

of>inion. Pallando al,guna

de estas

condiciones

la autopsia es in·

completa;

y

si faltan las mas, es

'ltna

impostura.

lnteligenti.

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