ORAOION
FUNEBRE.
Aqt1í,
en esta línea tan
vasta como
escarpad.ro~f:~s
donde el enemigo ha
desplegado
may or aóti..
vidacl
i
se ha sostenido con
mayor
enca:rni.za"–
miento. Defendia el corazon
·del Perú,
m ejordicho, la cabeza ele su rico territorio;
tenia
pll.ei:derecho para resistfr con tenacidad,
i
qufaas:fta
dado
la
últim.a prueba de su
amor
pat1'io..
Note
niego por lo tanto una r}una de
laurel
¡>
a.ralas
tumbas de sus numerosos mt1ertos,
i
ojalá
mi
humilde
plegaria
llegára hasta el
trono
de Dios,
por
el
reposo eterno de
sus
almas iluminadas
con
los
resplandores de nuestra misma
.fé
cris–
tiana,
i .
abrasadas
por el fuego de la caridad,
que nos enseñan que somos hijos de un mismo
Padre
i
hermanos en el corazon de
J.
C.
VII.
Sí, ,Sen.ores, por mU:i elevada que sea la
glo–
ria de nuestras armas
i
el mérito
de
nuestros
héroes,
jamás podremos aplaudir
los ·
desastres
i
los horrores de ese
monstruo
feroz que se
llama
la guerra. Cuando al caer el sol en fos
dias
me–
morables del 13
i
del 15 de
enero
último, con- .
templábamos abismados i
silenciosos
las pi- ·
ras fúnebres de Chorrillos
i
l\firaflores,
ilumi–
nando
con
siniestro fulgor
esos millares
de
ca–
dáveres tenclidos en el polvo
i
despedazados
por