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ACEMOS la presente pub. licacion porque
la creemos de interés general.
Hoy que comienza
á
circular la moneda
~de
plata, despues de una larga crísis mone–
~
taria en que el único medio circulante ha
sido el billete fiscal,
y
sin que haya desa–
})arecido la enorme suma ele este papel que hoy
circula como deuda del Estado, se cree que la
dificultad está resuelta, y que, pasado el conflic–
to, estamos bajo el absoluto imperio de la ley de
14 de Febrero de 1863 que establece el
sol de
plata
como moneda nacional
y
coniente.
Para desvanecer este error basta tener en con–
sideracion. que la cantidad de moneda metálica
circulante es insuficiente para las transacciones
del comercio
y
pa1·a la vida de las familias,
y
que
en consecuencia se necesita, con absoluta nece–
sidad de medio, del actual billete fiscal. Con el
pequeño valor que
hoy
tiene presta sin embargo
un poderoso auxilio, satisface una necesidad
y
llena
un vacío que no podemos por
ahoxa
llenar
de :mejor moclo. Su
ve1~dade1·0
repudio produci–
ria, como efecto inevitable, la confnsion en el
comercio
y
la
pa~alizacion
de la industria.
No puede p,ues· afüma1·se que estamos en la