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JlATALLAS DE TORATA Y MOQUEGUA EN 182.'!
Y SAQUi.O ·DJ:C
J:SIJ'"
ULTU.tOPUEBLO',
¿Qui&
talici fando
~emperet
a
/acr¡¡mis?
.
N
o hai poder humano
sobre la tierra que impida
a los pueblos cuando se deciden a realizar su indepen•
de~cia,
y
la tiranía
y
opresion són los
móviles
que con mas
_cel~rida.d
los
impelen a la pronta consecuciob de ese sa·
grado objeto: sin embargo de las medidas tan violentas
olmo vejatorias que dia por rlia se dictaban
y
ejecut.abaír
en
tod1;1 Ja estension de
la Provincia de 1\1oquegua para
evitnr el desembarco
y
transporte de la espedicion liber·
tadora,
.s~
verificó ésta,
y
provü-ta de todos Jos recurso&
y
comodidades posibles a-pareció en la ciudad de Moque.
gua el 17 de enero de 1823 al mando del general D.
Rudecindo ·Alvarado. ¡Oh diade tanto regocijo
·y
alborozo!
Toda
la juventud moqueguana desenterrada de sus sOta•
nos ofreciOse gustosa para aumentar el m)mero ele los be..
Jijerantes,
y
llenos éstos de dinero, vJveres en abuoda·ncia,
y
de cuanto apetecer pudiesen e·ncaminirr.onse al rlia
sigui~n-;.
te al punto de Torata distante cinco leguas de
M.oque~
gua~
y
al que el español Valdes hahia reconcentrado sus
fue¡·zas, sin haber podido proporcionarles la suficiente
mo~
vihdad,
porque conocia que
el pab se
le
rehelaha por
momentos,
y
que solo eStaba bajo su dominacion el
te~
rreno que pisaba.-Fueron tan ·públicas
y
esptmt3.neas
la~
clem_ostrar.:ioues de Muquegua para el obsequio
y
rccep·cion
de los pn.triotas,
que parece
de mas
el describirlas.
Pero si
deheri
decirse, que
d<trla
la seiia
l para la
p0rsecucion del enemigo casi todo el
h<thitante
q.uepodia
11evar armas se réplegO al ejército solicit.ándolas con ar•
dM
y
pO!'Üa,
y
sino
la(,¡
lograha, ofrecía sus cabalgadu•
tas, o su misma persoua pára que como diest•ta en