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irible
castigo a
los pueblos circunvecinos Yociferaba
que su
ánimo era
entrar a
sangre
y
fuego,
y
es–
carmentar de ese modo a un p
ueblotan rebelde:-ni por
tales bravatas habitante alguno
se.leaproximó; solo unos
cuantos religiosns
del
convento
de P1·opa.9011da
paisanos
suyoti
s;e re¡;olvieron por compasion del mismo Jugar en
que hahitaban,
y
cuyas bondades habían esperimentado por
largos años, a pa¡ar al campamP.nto de aquel airado Ge..
nend para suplicarle mitigase sus rigores;
ilC
hallaba in–
flexible;-eran las
do~e
de
la noche del 10 de julió de
1821
y
la luna brilhdJa en merlio
d~l
cielo,
cuafHioaca·
huda ele fii·mar la ·órden de deguello
y
saque~
cont.raMo–
gueg1Ja
se entr<>gaba
a
los
jefes
d_e batallan
pa
ra que aeFa
misma hora emprendiendo la marcha la
ejecut~sen
en toda
su estension a In alborada del siguiente dia apesar de las
sUplicas
de los
religior.os,que prostP.rnado3 •mte
ese
fu·
rioso General i
mplorabansu piedad;-repentinamente se
dejó· sentir .un furioso terremoto con que de vez en cuan·
do suele ]a mano de la Providen.cia regalar a Moquegua;
los suplicantes sacerdotes cayeron al sue]u, Jo mismo que
}os fusiles
q·.:e
armados en pabellones estaban colocados
a la inmediacion; relincharon los caballos, volcóse la·mesa
del general
en
q'
acaba
de
sancionarse el esterminio de
un
put~blo
por solo el quere'r ser libre,
y
hasta él mis:mo su·
(I'Íó
nn estr;uio sacudimiento: pare<:ia que Dios se habia
enojado pOI'
la crueldad con que iba a tratarse a la ino–
cencia
<·le los
niños, a la castidad de las viudas
y
don–
cella.<:>.
y
a la debilidad de los; ancianos
y
enfermos.
La
incredu!kiad
de
los.
:V
olterhmos
que
por
ni
oda
o
educacion hahia tundido en )os U\t.imos t'Jéfcitos espaiio·
les,
y
que era ··mutho mas ostensible
y
pronunciada en
l.o-~
jefes no pudo vencer en
La-Hera
las profundas sen·
saciones qqe le· causó este aterrante suceso tan naturnl
y
comun en el
litoral flel P<icifico; iiobrccojipo,
y
poseído
t.alVt'Z
ele la supersticion de sus antepasados, o de prema•
tmos
remor~_i!Jlientos
recpjiO, en
!=!1 acto
las crueles Orde–
nes de saqueo
y
estermiuio, que tan
impasible, acababa