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Otro ejemplo de asonantes endecasílabos es el siguiente:
La Palma
i
la Malva.
Una malra rastrera que medraba
En la cumbre de un monte jigantesco,
Despreciando a mm palma que cu el llano
Leda o tentaba sus racimos bellos,
De e te modo dccia: ¿Qué to sirve
Ser gala de los campos i ornamento,
Qu e sean tus ramas de esmeralda plumas
I arrebatar con majestuos
o aspecto?¿Qué to sirro que al 1erte retrata.da
]Jn el limpio cristal de un arroyuelo,
Parezca que una estrella te decora,
I que sacuda tu corona el -riento,
Cuando yo de quien nadie mencion hace
Bajo mis
1
lanta tu cabeza tonO'o?
La Palma entónccs remeció sus hojas,
orno aquel que conte ta sonriendo,
I la dijo: <<que un ra ·o me aniquile
'i no e
Y
rdad que le\, tima te tengo.
¿Te tienes por ma · pTande, miserable,
1
olo porq ne ha nacido en alto puesto?
El lugar donde te hallas colocada
E el ºTande, tü, nó; desde el soberbio
Monte do e tá no midas hasta el soto,
Mide lo que hai de tu cabeza al suelo.
Aunque
e
e monte crezca hasta el Olimpo,
Será malrn, i no mas, con todo eso :
De ongiñatc, chica, no seas loca,
J
amis es grande el que nacio rastrero,
I el que alimenta un corazon mezquino
Es siempre bajo, aunque se suba al cielo.)>
A
tan fu erte scrmon la pobre malva
Que no esperaba tal razonamiento,
Calló corrida, entre bejucos varios,
1
us desmayctdos ojos escondiendo.
A
la
Yez
asomaba el sol radiante
Decorando de grana el firmamento,
I el arroyo, las flores i las aves,
Cantaron de la palma el lucimiento.
GABRIEL. DE LA
C. V
ALDES (PLACIDO.)
Cuba.