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L
as
empresas
país
,
instrumento
clave de
la gran
T
ransformación
gubernamental y, por consiguiente, se encuentran bajo el control
del gobierno central. No son empresas del país). Volvamos a lo
nuestro. La pregunta, si el capital de la empresa hubiera sido
financiado por el país, desestabiliza. No obstante, la respuesta se
hace evidente:
si el capital hubiera sido aportado por el país, la
utilidad de la empresa pertenecería al país
, sin lugar a dudas.
Resumiendo diremos que, con el ejemplo hemos descrito
los dos
tipos de decisión socio-económica
que la Humanidad ha practicado,
hasta ahora, en el desarrollo de una actividad económica. El primero,
al cual estamos habituados es
la Repartición Individualista
,
en donde el 100% de las utilidades pertenece al propietario o
accionistas de la empresa. El segundo tipo de repartición, del cual
prácticamente nos hemos olvidado que existió, es
la Repartición
Igualitaria
, en donde,
mutatis mutandis
, el 100% de las utilidades
de la empresa pertenece a los habitantes del país, en partes iguales.
Estos dos tipos de repartición nunca han actuado en igualdad
de condiciones. Siempre, uno de ellos ha ocupado una posición
hegemónica, y por períodos de miles de años. Los dos están
presentes, pero solamente uno de ellos es el determinante en el
desarrollo de la actividad económica.
De esta forma hemos presentado a los dos elementos de la actividad
económica: el proceso de trabajo y la decisión socio-económica.
El primero tiene una expresión física mientras que el segundo es
“invisible”, resultado de una decisión.
Con más precisión diremos que los dos elementos de una actividad
económica concreta son: un proceso de trabajo bien definido que
actúa como el dominante, y un tipo de decisión económica que ac-
túa en una posición hegemónica. Así tenemos que, por ejemplo, en
nuestra actual economía de mercado, generalmente conocida como
capitalismo
, cuenta en su base con dos elementos: el proceso ar-
tificial de producción y la Repartición Individualista del resultado