DE SAN AGVSTIN.
I
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to. 'Porque el deseo no es algun cuer–
po agradable , como el oro ,
ó
·una
(. carne hermosa, que el hombre puede
apetecer
y
no
tener ,
á
causa de
que estando fuera del hombre no
puede
estar en
él.
Mas
quién
ignora
que
el
apetito,
y
el
deseo están en
el hombre? Pues para qué
es
apete–
cer tenerlo, corno si hubiera de ve–
nir
de
afuera~
O cómo
se puede
te–
ner apetito
de él sin
tenerle , puesto
que
(él no es otra cosa que
apetito~
A
la
·verdad desear,
sin
duda algu–
na
es
apetecer.
Qué enfermedad es
esta tan admirable,
y
tan inexplica–
ble~
Pero de
hecho
ha
y
es'ta enfer-
'
med_ad ;
porque el
enfermo
que
pa- '
dece
fastidio ,
y
quiere
libertarse .
de
lVI
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