DE SAN AGUSTIN.
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apetece el apetito de las mismas jus–
tificaciones. Esto se puede decir con
otras palabras de este modo : si jus–
tamente se aman
las justificaciones
de Dios, justamente
tambien
se
ama
el
amor de estas justificaciones. Mas
por ventura el apetecer es cosa di- ·
ferente del desear? No es que el de–
seo no sea apetito, sino que no todo
apetito es deseo ; porque no menos
se apetecen las cosas que se tienen,
'que las que no se tienen ; apetecien-
do goza el hombre de las que tiene,
y
deseando las que no tiene : las ape...
/
tece: pues qué otra cosa es el deseo
sino un apetito de las cosas ausentes?
Mas las justificaciones de Dios có–
mo pueden ser
ausentes sino quando
Miij