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D E AS T R O NO M"Í A.
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t
drcm1fererida de su órbita que es una elípse. Y con efec-
~ig.
to , es evidente que si la Tierra ocupára el centro de un
círculo cuya circunferencia fuese la verdadera órbita de la.
Luna ,
y
gastára la Luna en dar la vuelta al rededor de su
ege lo mismo que tardaría en andar la circunferencia de di-.
cho círculo, pasaría constantemente por nuestros ojos
6
por
el
centro µe la Tierra el mismo plano de un meridiano lu-
nar ,
y
por consiguiente veríamos todos los dias el mismo
emisferio de la Luna. Pero como la órbita de la Luna es una
elipse en cuyo focus está la Tierra , y es uniforme por otra
parte
el
movimiento de dicho planeta al rededor de su ege;
ó
lo que es lo propio , como un meridiano qualquiera de·
la Luna traza continuamente al rededor del ege ángulos pro–
porcionales
á
los tiempos , síguese que el plano del mismo
meridiano no puede dirigirse constantemente al centro de
la
Tierra,
y
que debe apartarse al uno
y
otro lado de esta
direccion hasta cierto punto.
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o r
Sea
ALP
la órbita de
la
Luna, cuyo focus
T
1
4 r.
está en el centro de la Tierra. Si suponemos primero la Lu-
na en
d,
es constante que el plano de uno de sus merí-
.dianos
MN,
prolongado , pasará por el punto
T,
ó
por el
centro de la Tierra. Pero si la Luna no tuviera rotacion al-
-guna al rededor de su ege, como adelanta cada dia en su ór-
·bita , d mismo meridiano
MN
siempre se mantendría para-
lelo
·á
sí mismo,
y
en llegando la Luna
á
L,
dicho meridiano
se
vería en la sicuacion
PQ,
esto es, paralelamente
á
MN.
El movimiento de rotacion de la Luna al rededor de su ege,
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