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S T R O NO
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A.
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o
1
ctás las
tablas de la
Luna ;
pero es
de
ad
vertír
que
va
Ffgd
acompañada por lo regular de otra equacion , como en la,
tabla de la quinta equacion de la
Luna
donde va acom–
pañada
de una equacion de 3
6
11
que tiene por argumen--
to el duplo del de la eveccion.
8
o
4
Esta segunda equacion
de·
la Luna,
que
segun
P
1
d
o
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T
h
o
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to orneo , era
e
I
1
9
2 ,
y
segun. ye o ,
1
I
5 ,
es,
etl las tablas de Flamsteed ·
1
°
1
8
1
5
0 11 ,
en las tablas de
Mayer
1º
20 1
34
11
;
en las de Mr. Euler ·,,
1º I
8
1
49
11 ~
en las de .Mr. D"Alembert
1º
1_8
1
I
8
11 ,
_y
en las de Mr~
el .
o
6/
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airaut
1
I
I 2
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8
o
5
·
La rercera desigualdad
es
descubrimiento
de
Tycho-,
y
para
darla
bien
á
conocer es indispensable· ma–
nifestemos como consideraba las dos primeras por
el
en-.
lace que con ellas tiene la tercera.
Sea
T
el centro de
la
Tierra;
TF,
el
radio
del
I
3_0·.
excéntrico
,
ó
del
círculo principal , que
representa
los
movimientos de la Ll).na· ; suponémosle dividido. en cien
mil
partes ;
se. tomará
TB
de
2 1
7 4
partes,
y
se trazará
tm
círsulo
TECD
,
sobre el' qual se
hará
mover el
cen~
tro del excéntrico, de modo
que
en los sicygies , esto es,
en las conjunciones
y
las
_o.posiciones,
el
ceQtro
esté
en
T
en el centro
mismo
de la Tierra, que en todas las qua–
'draturas esté al contrario en
C,
á
la distancia máxima de
la Tierra ,
y
que
en
los oc.cantes esté
en
D
y
E.
La
equa--
.cion que de esto resultará
ó
el ángulo
BRT,
es de
1
°
1
5 ';
?orque
~
I
7 4
es con corta
diferencia
el
seno de
I
º
I
5 ,
Tom.VII.
li
3
sien·