LA CONJURACION
de costumbres tan perdidas
?
Desde. que empezaron a
honrarse las riquezas)
y
que tras ellas se iba la gloria)
la autoridad>
y
el mando : de.cCfYO el lustre de la vir–
tud> tuvose la pobreza por afl·enta >
y
la inocencia de
costumbres por odio
y
mala voluntad
·r.
Así que de las
riquezas paso la juventud al luxo >a la avaricia>
y
la soberbia. Robaba> disipaba> despreciaba
su
hacien–
da> codiciaba la agena;
y
abandonado el pudor
y
ho–
nestidad >corifundia las cosas divinas
y
humanas sin
miramiento ni moderacion alguna. Cosa es que asombra>
ver nuestras casas en Ronia >
y
su campaña> que imi–
tan en grandeza a las ciudades
;
y
cot~jarlas
con los
pequeños templos de los Dioses> fimdados por nuestros
m'!3/ores > hombres su11ia1nente religiosos. Pero aquellos
adornaban los templos con su piedad> las casas con su
gloria) ni a los vencidos quitaban sino la libertad de
ir!Juriar de nuevo; estos al contrm•io >siendo> como son>
hombres covardes en extremo > quitan con la ma-
yor iniquidad a sus cotifederados misnws >lo que aque–
llos fortísimos varones de.xaron aun a los enemigos>
rium, potentia sequebatur : hebes–
cere virtus' ,' paupertas probro ha–
beri, innocentia pro malivolentia
duci crepit.
Igitur ex divitiis ju–
ventutem
luxuria , atque avaritia
cum superbia invasere. rapere, con–
sumere ; sua parvi pendere, aliena
cupere; pudorem , pudicitiam , di–
vina arque humana promiscua , ni–
hil pensi , neque moderati habere;
Operre pretium est , cum domos
atque villas cognoveris in urbium
modum exredificatas , visere tem–
pla deorum , qure
nostri majores,
religiosis umi mortales , fecere. ve–
rum illi delubra deorum
pietate,
domos uas gloria decorabant , ne–
que victis quidquam , prreter inju–
rire
licentiam , eripiebant. at hi
contra , ignavissumi homines , per
summum scelus , ornnia ea sociis
adimere , qure
fortissurni viri vic–
tores hostibus reliquerunt: proinde
quasi injuriam facere , id derntm1