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Discurso III.
46 Egipto era una Nacion muy espir.itual,
y
racional. Sin duda
ra·
razon humana es sus–
ceptible de muchos absurdos; pero aun en los
mismos absurdos entre gentes espirituaies de–
bemos ·buscar motivos que menos entorpezcan
la razon ;
y
si alguno es dable que pueda te.–
ner asomo de humano , ninguno mas adapta–
ble que el propuesto de la simbolica utilidad,
• en que consiente Ciceron , Plutarco, Diodoro
Siculo,
y
comunmente otros (
1).
47
Ningun animal mas famoso en Egipto
que el Apis ,
6
Serapis , venerado no solo por
Ios naturales, ' sino tambien por los extrange–
ros. Se daba el nombre de Apis
a
un buey,
6
toro que se veneraba singularmente en l\tlem–
phis,
y
el que muerto sucedia otro
en so
lu–
gar , de
modo
que
la
veneracion
era
perpetua.
Entre ·otras seiiales las mas comunes que debia
)
te-
(1)
I psi , qui irridentur, .lEgyptii nullam belluam , nisi ob
aliquam utilitatem , quam ex ea caperent , ronsecraverunt.
Velut ibes maximam vim
se~pentium
conficiunt, cum
. ~ipt
aves excelsre, cruribus' rigidis :
corneo. proceroque
rostro:
avertunt pestem ab JEgypto , cum volucres angues ex vas–
-tita'te Libyre vento Africo invectas interfici unt .atque consu–
munt : ex quo
6r,
ut
illre nee morsu, vivre noc,eant , nee
odore morture. Possum de ichneumonum utilitate, de croco–
dilorum , de felliuin dicere : sed nolo esse longus.
Cicer. de
Natura Deorum lib.
I.
n.
36.