Teologfa de los Caldeos
,y
Persas.
16
1
mos notado, no solo Ios PP. de la Iglesia, que
hablan de
la
religion de Ios Magos , sino tam–
bien Ios Historiadores Eclesiasticos , que hail
hablado de las persecuciones que por este mo–
tivo padecian Ios Christianos en la Persia (
1).
Pero lo que mas conviene
a
este intento ,
y
ha–
ce evitar la sospecha de que , como es comun,
hablando de religion diferente,se pondere la su–
persticion mas alla de sus verdaderos Hmites,
son las mismas Actas de las persecuciones. Es–
tas Actas siempre fu.eron conocidas en la Igle–
sia, conservadas en los Menologios griegos;
y
aunque , como sucedi6 en otras , se mezclaron
en ellas fabulas de invencion de falsos devotos;
y
por Io mismo por mucho tiempo deseadas
en su original integridad , se ha logrado este
hallazgo sepultadas en olvido en los Monas–
terios de
Ia
baxa Egipto , en que por lo mis–
mo no hay motivo por que se hubiesen aumen–
tado con forasteras adiciones. Se hallan en
lengua Siriaca,
y
se cree que Maruthas Obis–
po de Tangrit en Mesopotamia , vecino de la
Persia,
y
que en tiempo de su Rey Yezde-
Tom. III.
L
gerd
(1)
~heodoretus
Histor. Ecclesiastic. lib. 5. cap.
32.
Sozome–
flU$
Hist. Ecclesiast. lib.
2.
cap.
9.