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Discurso II.
tas, como es comun , de grandes defectos. Su
voluntad era la suprema razon en sus designios,
y sin ser de caracter cruel hizo correr
arro~
yos de sangre
en
sus Estados por causa de re...
ligion. Se intitulaba Rey de los Reyes , Prin..
cipe de las Estrellas ; hermano del Sol,
y
de
la
Luna , epitetos que no omitia aun escri–
biendo al Emperado'r Constantino (
1 ).
Estos
t1tulos , por mas extrafios ,
y
ridfculos que por
falta de uso nos parezcan , nada mas son que
elevadas metaforas, comunes en el Oriente, co....
mo en todo otro asunto de figurado estilo pue–
de notarse,
y
·no sera esta sola vez la que de
ello
hagamos memoria.
§.
XIII.
5
I
Aproximfodonos mas
a
nuestro pro...
p6sito, no parece pueda dudarse, que
quan–
to en
la
Persia se exlgia
a
los Christianos , era
la adoracion del Sol ,
y
del fuego ,
y
por con–
si
guiente este astro era una di vinidad que
los
Magos reconocian ,
y
que como
a
tal adora–
ban. .
?e
hallan en esto constantes, corno
ya
he-
mos
( r) Rex
Re
gum
Sa
por , princeps siderum , frater Solis ,
&
Lunre.
Amm. Marcell. lib.
r7.
cap. 5.