Teología.··
Filósofo-Gentílica.
I
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culpa , es
sin
duda mas disculpable lo prime–
ro, que lo segundo.
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z
Sin
embargo
1a animacion ,
y
divini–
dad
de
lo-s
astros
fué
sistema
en
la
antigüe–
dad tan
recibido ,
que apenas hay
Filósofo,
aun
de aquellos que
mas
altamente discurrie–
ron sobre el Ser Supremo,
que viviese libre
de
-esta
aprehension. ¡A
tanto
como esto
llega la
imbecilidad
del
humano
juicio
!
y
aun
en
hombres
por
otra parte hábiles ,
y
no es me–
nos fecunda su imaginacion de
delirios ,
des–
pues que
pierde el
punto céntrico de sus dis–
cursos~ Tal es el orden natural en los giros
de
estos
enormes
cuerpos , que por todas par–
tes nos rodean con tan . arreglados compases
en sus revoluciones ,
ó
grandes círculos , que
sin tropezarse describen, que no creyeron es–
tos Filósofos , bien cerciorados de sus p·asos,
pudiera
ver~ficarse
sin estar
dotados
de
un
áni-- ,_
mo racional, de
quien
procediese
-tanta
armo–
nía.
Pero no menos cierto es el antecedente,
que pésima la ,conseqüencia que
de él
inferian.
Es
certísimo el antecedente; porque quien dé
alguna instruccion ,
y
que sepa bien pensar,
¿
no admirará como uno de los mayores pro–
digios de la naturaleza el giro de los astros?
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om.lI.
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