Discurso JI.
dice ,
puso Dios su tabernáculo.
Digo que las
Sagradas Letras no impugnan , antes bien en–
comiendan elevarse,
á
Dios en consideracion
á
la
hermosura
de
los astros, contemplando
en
ellos el poder , inteligencia ,
y
sabiduría de
quien los formó ,
é
hizo circular por .
los
Cie–
los en señal de su magnific-encia ,
y
servicio
de sus
criaturas ;
y
esto. ,
y
no otra cosa
es
lo qµe significa el Real Profeta ,
considerando
al Sol como tabernáculo del Señor (
1).
3
1
,
Se conoce bien que
el
Sabeismo en
el modo
explicado
dista
1nucho de la anirna–
cion de los astros en el concepto filosófico de
nuestro
principal
asunto.
El
Sabeismo adoró
los
astros como asiento ,
y
Corte del Supremo
Ser,
y
de algunas superiores cria_turas; mas 'pres–
cindiendo de esto , algunos Filósofos
los
con–
sideraron como animados seres , sin exceptuar
la
tierra , como uno de los
asfros
que giran
en el Universo. Si entre los errores
hay
dis...
:
cul-
(
r')
P
salm.
1
8.
In
Sol
e
posuit
tabernaculum '. ,suum." En el
texto Hebreo se lee :
Soli po-suit tabernaculum z'n Ccelis;
esto
es
,
puso los Cielos como tabernáculo ,
ó
pavellon del Sol ,
y
no
puso el Señor en el Sol su tabernáculo. Véanse los Intér–
pretes,
y
la Memoria de Mr. el Abad Foucher sobre el
Sabeis–
m.o
en
las Memorias
de
la Academia de las
lnscripcJones ,
y
Bellas Let.ras ,.tom.42
en
I ~-
(
l,