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su-Christo nos instruye con estos
egemplos, y hace patente al mun–
do toda la flaqueza de sus Discípu–
los, y de la cabeza de su f) Iglesia,
á
fin de enseñarnos á temer ,
y
á
ser humildes. Y aun despues de
su
resurreccion , habla á San Pedro ,
y
Joh.xx1. 15.
le dice:
Pedro
i
me amas
~
Como si
le digera:
Cuidado, éxamina
tuco-–
razon, advierte , que alguna vez
creíste poder lo que no podías:
piensa bien si me amas.
Y
á
la ter–
cera vez , queriendo hacer de él
otra mayor prueba , le dice :
¿
Me
amas tu mas que estos~
mas que
todos los otros Apostoles
?
Y
Pedro
Ibºd .
le responde , como acabamos de
1
•
J
7
•
vér:
Señor, Vos todo lo sabeís: Vos
sabeis
,
que yo os amo.
Decia bien;
porque Jesus recompensó su amor,
y
le confió las ovejas ,
y
corderos
grandes ,
y
pequeños de su rebaño:
y
le ensalzó de tal modo sobre todos
sus Apostoles , que le puso
á
su ca–
beza , y
á
la de todo el rebaño de
toda la
Iglesia.
Parece que su
amor
ha,.