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g
esia
parG
de
nuevo
a
este
muer...
to
apestado ,
y
podrido. El
grito
que da
J
esus , significa lo
mismo.
Be ucitar
á
semejante muerto,
es
t
na cosa mucho mas milagrosa,
que
la
Resurreccion de Lazaro.
A
ma infeB.z , no hagas llorar
a
Jesu~¡:
no
le hagas
gritar'
y
es–
tremecer:
no caygas
en
ese
peca~
do habitual. Pero si
ya
has
caldo,
no
pierdas
la
esperanza :
aun
te
queda
1
n recurso
infalible
en los
gritos ,
y
lagrimas de Jesus.
Desatadlo
(dice el
Salvador.)
Quitadle
esas ataduras, que lo
tiene11,
t:eñido.
Este es
el
ministerio
de
los
Apoutoles. Pero es necesario
que
jesu- Christo
hable antes,
que
oyg~
u voz el muerto ,
que
despierte
de.
su profundo letargo,
y
que em–
piece
el.
vivir,
recibiendo
la
inspi-
acion
que
le llama
a
la peniten-–
~ia.
Lo Apostoles pueden enton-.
Cev
lSar
de
la
potestad, que
Jesu–
Cl
isto les
h3. dado
para
desatar;
pe
s
·
el
pecador
no
ha recibido.
P
3
a"-
I