sabei.s dar buenas cosas
á
vuestios
hijos,
¿
quinto mas vu,estro Padre, que
está
e1.1
los Cielos, dad. buenas cosas
i
los
que le piden? Todo,, pue~, aquello que
querei~ que h agan con vosotros
los
hombres , hacedlo v0sotros con ellos;
porque esto es la Ley,
y
los Profetas.
Entrad por
la
puerta angosta, 'por–
que
la
puerta ancha,
y
el camino espa–
cioso es el que lleva
a
la perdicion,
y
son muchos
los
que entran por ella.
01,1é
angosta es
1a
puerta,
y
qué estre–
cho el camino que conduce al Cielo:
¡
y
qué pocos son los que la hallan!
Guardaos de los falsos Profetas , que
vienen
a
vosotros con vestidos ·de ove–
jas, pero interiormente son lobos
ro–
badores; por sus frutos los conocereis.
¿Por ventura se cogen ubas de lás espi–
nas,
ó
higos de los abroj0s ? Así todo
. arbol bueno dá frutos buenos,;
y
el ar–
bol malo dá .frutos malos. Un arbol
bueno no puede dar frutos malos, ni
un arbol malo dar frutos buenos. Todo
-irbol, que no
da
buen fruto, será arran–
cado,
y
echado al fuego. Por sus
fr~–
tos , pu~s , loi . con~cereii.
No