( IOI )
,nir,
-ó
es otro ·el
que esperamos?
¿Eres
tú
el
Mesías?
Habiendo llegado estos hom–
bres, dixeron
á
J
~sus : Juan Bat,tista nos
embia
-á
pregunta(te
¿
si eres
tú
el
que
. has de venir,
ó
es otro el que espe–
ramos
?
En
la
misma hora c~uó J esus
á
muchos -de sus enfermedades,
y
Ha–
gas, y los libró de los espíritus malignos,
y
dió vista
a
rµuchos ciegos,
todo esto
en presencia de los ~misarios.
Despues
les respondió : Id ,
y
contad
á
Juan
1o
que habeis oído,
y
visto : q11e los
ciegos :ven , los cojos andan , los le–
prosos son curados , los sordos oyen,
los muertos resucitan,
y
el Evangelio
es predicado
á
todos los pobres. Y bien–
aventurado el que
no
se escandalizare
respeéto de mí.
-
Despues de marchar los embiados
por Juan, empezó Jesus
a
hablar de
·él al Pueblo, diciendo:
¿
Qué salisteis
á
vér al desierto? ¿Un hombre vesti–
do delicadaménte? Bien sabeis, que _los
que gastan vesüdos preciosos-,
y
vivell'
en las delicias , esd.i,J en los Palacios de
los Reyes. Pero ¿qué salisteis
á
vér?
G 3 .
¿Un