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para vosotros
tesoros
e11
el Cielo : don(\\
de ni el mohó , ni
la
polilla los
con..
sume,
y
donde los ladrones no caban;
ni
roban : porqne donde esta tu teso..
ro,
alli está tu corazon. La candela de
tú
cuerpo es tu ojo.
Si
tu
ojo,
ó
inten~
eion
fuere simple, todo
tu
cuerpo
es–
tara
claro : mas
si
tu
ojo
fuere malo,
todo
tu cuerpo
estará
obscuro.
Sí
,
pues
la
luz
que hay
en
tí
son
tinieblas
¿las
mismas tinieblas,
¿quántas seran?
Ninguno puede servir
á
dos seño–
res,
cuyas voluntades son contrarias;
por–
que
ó _
aborreced al uno,
y
amdrá al
otro;
ó
sufrirá al ~no,
y
despreciará al
otro.
No
podeis servir
a
Dics,
y
al di-
11ero.
-Por eso digo ,
que 11·0 esteis solí..
citos
por lo que toca
á
vuestra vida,
sobre lo que habeis de comer ; ni
por
lo que toca
á
vuestro ci.1erpo, sobre con
qué os habeis de vestir;
de modo
que
defconfieis
de
la Providencia Divina.
¿
Por ventura
la
vida no es m~s
que
la comida, y el cuerpo mas que el ves–
tido?¿
Pues Dios que cuida de lo mas, no
cuidará
de lo que es
menof?
Mirad las
aves