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limpi os)
y
pensando que seria un golpe fatal para el gobierno
la defeccion de tan prestigio o caudillo
y
que era valio
í
imo
el contingente que pre taria á la revolucion su concurso, no
titubeó ni un momento en aceptar su proposiciones, contes–
tándole que lo e perase dentro de pocos dias en el departa–
mento del
alto.
Re uelto, pues, á separarse del ejército entrerriano, pidió la
venia al
en ral J ordan, quien en el acto
y
agradecido por
lo
ervi cio que habia pre tado la divi ion oriental á su causa,
no olo se la concedió, sino que le permitió se retirase con todo
1 armamento que po eia la gente que lo qui iera acompañar;
r
ultando qu saliera del
ampamento Medina con dosci entos
y
tanto hombre
y
con do
cañones, aproximándose al pueblo
d
oncordia á lo cuatro
6
cinco días.
al
á
El
riental
meno
je
en iona o
y
al