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212

Copiamos mas adelante el parte pasado por el j efe atacante,

siendo falso que vinieran aquellos oficiales revolucionarios á

cobrar ning un der echo, pues el objeto d e s u viaje era pasar á

sus casas

y

v erá s us familias,

confiad.os

en la paz

y

en la buena

de sus contrarios . P ero como quiera

que

fuera, la infamia

existe de cualquier manera por el solo hecho d e hab er sido

atacados del modo que lo íueron.

Hé aquí todos esos doc umentos:

• Tacuarembó, Febrero 6 de 187

2.

»

El General

qie~

suscribe, al Sr. Coronel, jife del cuar to cuerpo del Ejér–

cito Naci'onal, D. Juan 111" Puentes.

• El 19 del pasado Enero entré al departamento del Salto por el paso de

Batista . con 29

hombres,

incorporándoseme el Comandante Acosta con 84

hombres, haciendo un total de 1r3, y con ellos me situé en el arroyo Tres

Cruces, de dicho departamento,

hasta

saber donde

se hallaba el General en

Jefe ó V. S.; y á fi n de recibir las instrucciones necesarias, escribí á V. S.

con fecha

2 I

creyendo poder estar con esa fuern con seguridad en el punto

indicado, pues tenia conocimiento por los diarios del armisticio celebrado.

>

En esta situacion permanecia, cuando amaneció sobre nosotros, el dia 29,

una fuerza enemiga como de

200

hombres á las órdenes de F renedoso, acer–

cándoseme en actitud h ostil.

«

Hícele presente los deberes contraidos por el armisticio, y se me contes–

tó •con blancos no habia paz•.

>

Para eTitar el a taque con que el enemigo nos amenazaba, consideré pru–

dente retirarme, repasando el Arroyo Tres Cruces, colocando sobre el paso una

fuerza que lo defendiera y repitiendo la advertencia de estar suspendidas las

hostilidades; pero el enemigo, desentendiéndose por segunda vez, cargó tl paso

con una compañia de infanteria, rompiendo un nutrido fuego, al que mis

ti–

radores, obligados, contestaron .

>

Comprendiendo el enemigo la dificultad de

~ornarnos

el paso, se dirigió

á los potreros, arroyo abajo,

y vadeando por ellos me

salió

á

retaguardi :i,

trayéndome la carga cnando yo pensab" que cesara de hostilizarme.

>

La situacion en que me puso este incidente y aunque

con la mitad me–

nos de gente que el enemigo, me hizo indispensablemente aceptar la pelea,

siendo como Vd. ya sabe, desgraciado, sufriendo la pérdida de mi hijo m e–

nor

y

catorce compañeros mas,

causándole nueve bajas á

la fuerza enemiga.

• En la dificil retirada que emprendimos en

seguida,

á no haber t omado

Ja dPfensiva, hubiéramos perecido todos durante una persecucion de mas de 7

leguas.

>

Al dar cuenta á V. S. de lo ocurrido, confio que, con la brevedad posi–

ble del caso, se sirva elevar este parte al conocimienlo de S. E.

el

Sr. Ge–

neral en Jefe, á los fines que correspondan .