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Toro ,
y
el dia ei
e ponian en marcha para el Durazno,
donde probable–
mente estaran
á
la fecha.
" De de el dia
¡
permanece en Mercedes el General Muniz con su vanguardia.
" E l Coronel Uran con una fuerza de 500 hombres está en Dolores.
" En
Iercedes han tenido lugar alguno
tables, con motivo de la llegada de varios
la revolucion desde su principio . "
bailes en casas de
familias respe–
miembros de ellas que seguian
á
"l\'Iayo
16
de 1871.
" Los blancos con el grueso de su ejército se babian movido para el Bisco·
cho, departamento de
oriano, dejando una partida cerca de Mercedes y otra
en el paso de la Bal a, y hacen correr la voz que espe1nban al General Borge"
para da1le batalla.
" El señor Vespa, en 1Iercede , se maneja perfectamente. Alternativamente
ejerce fun ciones civiles
y
ha ta militares en representacion de blancos y colorados.
" El General
uarez quedaba en Polanco del Yl. "
" Mayo 19 de 1871.
" El dia
1
4 Aparicio estaba á
1
8 leguas de la ciudad de Mercedes con el
grueso del ejército, cerca del Durazno, de cuyo punto se dice partirá para la
Florida.
" Muniz permanece tranquilamente en aquella ciudad. Baraldo cobraba la
contribucion en Palmira.
'' El ejérci to de
uarez ha vadeado
anta Lucía y se aproxima
á
esa ca–
pital. "
El dia 20 de Junio se avistaron los dos ejércitos en los cam–
pos de Mansevillagra, en cuyo paraje anduvieron siete
ú
ocho
dí as sin librar, al fin, la batalla tan anunciada y deseada por
todos. (1)
~
El ejército revolucionario, que habia contramarchado del de–
partamento de Cerro Largo, despues de su escursion por Mer-
. cedes, el Durazno y la Florida, se encontraba á la sazon débil
de fuerzas, pues faltaba la vanguardia que, como ya hemos vis–
to, habia quedado en Mercedes, y faltaba tambien, la division
de la Colonia, que se había separado del ejército despues de su
incorporacion en Chamangá, la de Tacuarembó y otras .
El día 19 se incorporó el Coronel Botana con parte de la
gente que estaba en Mela, habiendo quedado el resto en aquel
(L) D e los trabajos de paz que se hicieron en estos días por el ¡General · Osorio, así como
los iniciados por el Sr. Quevedo anteriormente
y
por el Obispo despues, etc., etc., nos ocupare–
mos minuciosamente e.n el capítulo que dedicamos
á
la paz. No se estrañe por esto que no
los mencionemos aquí.
s