- 219 -
nez y otros, estando todos bajo las inmediatas órdenes del Ge–
neral Bastarrica; y las divisiones de caballeria eran manda–
das por los Coroneles Muñoz, Pampillon, Cortes , Salvañach,
Uturbey, Rada , Muniz, Mena, Mendoza, Uran, Puentes, Nuñez
y tantos otros. (Véase el plano.)
Mientras se cambiaban los frentes de las líneas, y aun despues
de haberse cambiado, el General Aparicio seguido de sus ayu–
dantes y á todo galope, recorrió el ejército de un estremo á otro,
dando órdenes á todos los j efes
y"
proclamando á sus huestes, que
le respondian entusiasmadas dando vivas estruendosos.
En seguida de haber recorrido la línea y en vista de que el
enemigo no se movia de sus posiciones, determinó llevarle él el
ataque con su ejército.
Eran las 11 de la mañana cuando se oyó á su clarin de órde–
nes que tocaba «Carga Generah, y «Carga General» repitieron
como un éco á derecha é izquierda, todos los clarines de los
batallones de infanteria y las divisiones de caballeria.
É
inmediatamente dejáronse oir los entu siastas y armonio–
sos acordes del Himno acional por aquella banda d e música
que se pasara en el sitio de Montevideo, y se vió poner en
marcha á toda la línea á banderas desplegadas.
Al poco rato adelantáronse las caballerias de los costados y
emprendiendo la marcha al galope lleváronle al enemigo, que
esperó firme el ataque, una impetuosa carga por los flancos de–
recho é izquierdo, y hasta por r etaguardia.
Arreció el fuego de cañon: las guerrillas gubernistas fueron
completamente deshechas al empuje de las caballerías que ata–
caban, muriendo unos y disp ersándose el resto;
y
las dos alas
de la línea quedaron envu eltas completamente y derrotadas,
refugiándose parte de ellas en los tres cuadros dobl es que en
seguida formó el General Suarez con las infanterias, y huyendo
la otra parte en distintas dir ecciones.
Siguiendo la carga las caballerias, atacaron unas á los cua–
dro , otras tomaban el parque
y
las r estantes seguian la perse–
cucion de los di per os. Los infantes r evolucionarios, mientras
tanto, ll egaban fr ent e
á
los cuadros enemigos
y
se desplegaban
en cazadore ,
y
la artilleria e colocaba en un sitio conveni en te.
El combate ntonces e hizo general. Los fuegos de ambas
parte eran horribles, e pantosamente horribl es. Pero los gu–
bernistas flaqueaban; u infanteria estaban algo d esorganiza–
das; un bat:illon entero quiso entregar e, presentando sus armas
16