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noche del último dia en Solis Chico, en cuyo punto hubo que
tomar una diligencia de D . Antonio Diaz, que hacia la carrera
para Rocha, con el objeto de colocar con mayor comodidad
algunos de aquellos h eridos mas graves, que no babia suficien–
t es carruajes para cornlucirlos.
El dia 20 siguió m:ircha precipitadamente el ejército hácia
el arroyo de Solis Grande, por haber tenido conocimiento por
algunos bomberos tomados al enemigo y po r sus propios bom–
beros, de que el enemigo se encontraba en aquel paraje. La
vanguardia al man<lo d el General Muniz, que marchaba ade–
lante, fué la primera que se avistó con la vanguardia del ejér–
cito de Suarez, mandada por el General Borges, que estaba
campada al laclo del paso real de di cho arroyo: el grueso del
ejército se encuntraba r etirado como media legua del r eferido
paso.
A todo galope se precipitó la vanguardia del General Muniz
sobre los enemigos, pero éstos, que se componian de fuerzas
lij eras, montan á caballo á medio ensillar y precipitadamente
vadean el arroyo, dejando en el campamento infinidad de reca–
dos y armas, y las r eses con c uero que acababan de carnear
para comer. Una vez del otro lado del arroyo, se detiene Bor–
ges-y como el ej ército de Suarez se aproximaba al paso, de–
ti é nese tambie n sin avanzar el General Muniz hasta recibir
órdenes del General en J efe.
Una hora despues y siendo como las 3 de la tarde, llega el
General Aparicio con sus tropas
á
inmediaciones del mencio–
nado paso
r eal, donde t end ió su línea d e batalla inmediata–
mente
é
hizo escopetear con la vanguardia al enemigo, que
tambien babia t endido línea del otro lado del arroyo y que soste–
nia decididamente, no solo el paso r eal, sinó tambien dos pasos
mas que existen en aquel p unto. Pero llegando la noche en
seguida y no pudiendo abrir operacione por el momento debido
á la posicion de su contrario, retiróse el ejército r evolucionario
para e lejir buen sitio y campar, como asi lo hizo, próximo al
paraje donde habia tendido su línea, prometiéndose operar al
dia siguiente de una manera deci iva; dejando est ablecida una
gran vigilancia
ob r e los punto
so tenidos por la gente de
Suarez.
Al otro dia, muy temprano, el ejército guberni ta retrocedió
como una legua yendo
á
ocupar una po icion inespugnable en
las sierras de Minas, tendiendo
u línea de batalla sobre la
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