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dome á indicaciones muy respetables, dar preferencia. antes que al poder de
las armas,
al
poder de la razoo
y
del convencimiento.
>
Como
lo he atestiguado en
repetidas oc-asiooP.s,
durante la campai'la
militar que toca á su fin, esos medios de la concordia hao sido los de mi
predileccioo no solo por el atractivo que para mi tienen
sino porque ese ha
sido
y
es el voto de los ciudadanos que me rodean.
>
En consecuencia, h oy que Ja orgaoizacioo de los elementos
y
fuerzas de
la revolucion me permiten con mayor desembarazo asumir con el ej ército á
mi mando la actitud resuelta que ha de aproximar el desenlace político de
la presente situacioo, he creído deber dirijir la nota, cuya copia adjunto, al
jefe del gobierno de Montevideo,
invitándolo, creo qoe con la altura
.glle
corresponde, á ensayar
los medios de
llegar á una
solucion pacifica por
interposicioo de comisionados.
>
Llamo la ateocioo de V. E.
y
de sus honorables colegas, hácia la impor–
tancia de Jos fines que tengo en vista
y
despues de
llenar el deber en que
me creo, de hacer ese acto de merecida deferencia á los representantes eu la
República de naciones amigas, solo me resta confiar en que para el objeto que
me propongo, debe contar el pais con vuestro ilustrado é imparcial concurso.
>
Sean cuales fuesen los sucesos ulteriores que sobrevenir puedan, el paso
que doy me absolverá de toda responsabilidad.
>
Tengo el honor de saludar con la debida coosideracioo á V. E.
y
por su
intermedio, á los miembros del Cuerpo Diplomátir.o estraogero, de quien me
suscribo humilde
y
S. S.
T imoteo Aparicic.•
Dia
I4
- A pedido del Ministro Ingles se conviene en un armis–
ticio por ambas partes hasta tanto se resuelva la propuesta del
General Aparicio,
y
El Siglo
publica una carta del doctor Carlos
Maria Ramirez, Secretario del general Suarez,
y
un manifiesto del
general Caraballo.
He aquí ambas cartas:
e Diciembre
10
de 1870.
>
S r . Dr. D. fosé Pedro Ramirez.
>
Querido hermano : Hoy concluimos de pasar. Al fin nos vemos al Sud
del Rio Negro en marcha hácia
la Capital, donde el enemigo osa aparentar
el rol de sitiador, sin mas razon que su audacia
y
nuestra estoica resignacion.
>
i nuestro ejército no es
tao
numeroso como se
e~peraba
(3000
hombres)
es fuerte por su disciplina
y
por su entusiasmo.
>
A fines del mes ó á principios del entrante, estaremos al habla
y
habre–
mos despejado la incógnita.
• Tuyo-
Cdrlos Maria Ramirez.
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