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• Hecho ese convenio que satisfacia completamente el objeto de jla

opera ~

cion, salvando al mismo tiempo intereses

particulares, á las

2

de la mañana

hizo señal el Sr. G-an;ao de que los buques estaban listos para ser entregados.

• A las 4

t

quedó todo concluido, entrando al puerto el

Uruguay,

el

Anita

y el

Rio de la Platz.

Mas tarde debe cumplirse formalmente por

d

Ministro

Brasilero el acto de poner dichos buques á disposicion del Gobierno.

• El

R ío Uruguay

entró con bandera Brasilera, so pretesto de que no tenia

absolutamente otra.

• El

Anita

traía bandera Inglesa. Su capitan dice que fué tornado á la fuer·

za por el

Chaná,

vaporcito de la Compañia Salteña.

• Lamorvonais se quedó con los enemigos.

Nuevos datos

" Con

el

fin caritativo de salvar al Sr. Lamorvonais de

la responsabilidad

personal que le cabe en los actos pi(áticos practicados

por el enemigo sobre

algunos buques mercantes, se ha pretendido hacer creer y se sigue afirmando

que el vapor

Anita

de propiedad de aquel señor,

fué apresado por el vapor–

cito

Chaná

que hace el tráfico de pasageros entre el RioNegro y el Uruguay.

" Por lo que puede importar, debemos declarar que

el

hecho es falso.

" La base de la operacion de piratería fué el vapor

Anita,

y

el

jefe de la

espedicion su dueño, el Sr. Lamorvonais.

" Un testigo presencial digno de toda fé nos refiere el hecho del modo si·

guiente:

'' El lúnes de mañana, 5 del corriente, el vapor

Anita,

fondeó en la boca

del Yaguarí. De su bordo se desprendieron sesenta hombres á las órdenes de

los Sres. Lamorvonais y Justiniauo Salvañach, que se apostaron

en la Isla del

Vizcaíno esperando la pasada del vaporcito

Chaná,

de que premeditaban apo.

derarse.

" Al efecto, el Sr. Lamorvonais se

situó en un bote en medio del río

acompañado de 8 hombres vestidos de paisanos y sin armas aparentes.

" Cuando llegó

á

pasar el vaporcito conduciendo diez y ocho pasajeros de

los cuales

S

señoras, el Sr. Lamorvonais le hizo señas para que se detuviese,

lo que el Capitan no tuvo inconveniente en hacer, creyendo que eran nuevos

pasajeros que le llegab:.n; subidos

á

bordo, sacaron los

revolvers y machetes

que llevaban ocultos y dieron al capitan Ja voz de preso,

intimándole que

atrarase

á

la Isla donde estaba el resto de Ja gente á las órdenes de Salvañach.

" El Capitan no tuvo mas remedio que obedecer y se dirigió á la

Isla,

donde fué recibido por los blancos á Jos gritos de:

¡Viva la patria! ¡Mue–

ran los traidores !

" Visto esto por una pequeña fuerza de Galarza que se hallaba oculta en

la isla de Lobos, distante una cuadra de la del Vizcaíno, rompió el fuego de

fusileria sobre el enemigo obligándolo á guarecerse tras de una pila de carbon

de piedra que hay en aquella isla, perteneciente á la Compañia Salteña.

" Así parapetados,

respondieron al fuego de la gente de Galarza teniendo