E/ leproso
y
S. LUCAS 5
el paralítico
de la presa de los peces que habían
a
~lr. z.
1.
tomado;
10 Y asimismo á Jacobo
y
á Juan,
hijos de Zebedeo, que eran com–
pañeros de Simón. Y Jesús dijo
á
Simón: No temas; desde ahora pes–
carás hombres.
11 Y como llegaron á tierra los
barcos,
~.>dejándolo
todo, le siguie-
b
''cr.
2s.
ron.
blasfemias?
a¿
Quién puede perdo–
nar pecados sino sólo Dios?
22
Jesús entonces,
conociendo
los pensanúentos de ellos, respon–
diendo, les dijo: ¿Qué pensáis en
vuestros corazones?
23 ¿Qué es más fácil, decir: Tus
pecados te son perdonados, 6 de–
cir: Levántate
y
anda?
24 Pues para que sepáis que el
Hijo del hombre tiene potestad en
12 Y
aconteció
cque,
estando en
cMt.S.2-4.
la tierra de perdonar pecados, (dice
una ciudad, he aquí un hombre
~¿~:,.¡:
al paralítico): A ti digo, levántate,
lleno de lepra, el cual viendo á
toma tu lecho, y vete á tu casa.
Jesús, postrándose sobre el rostro,
25 Y luego, levantándose en pre-
le rogó, diciendo: Señor, si quieres,
cJvor. ts .
sencia de ellos, y tomando daquel
puedes limpiarme.
en que estaba echado, se fué á su
13
Entonces, extendiendo la ma-
ecp. ts. 43.
casa, eglorificando á Dios.
no, le tocó, diciendo: Quiero: sé
26 Y tomó espanto á todos, y
limpio.
y
luego la lepra se fué de
1
ver.
S.
glorificaban á Dios; y ' fueron He-
él.
nos de temor, diciendo: Hemos
14 Y él le mandó que no lo dijese
visto maravillas hoy.
á
nadie:
11
Mas ve,
dijo/e,
mués-
o
I~v.
t4. t,
trate al sacerdote, y ofrece por tu
h
0
,~it.u.
27 Y después de estas cosas hsa-
limpieza, como mandó Moisés,
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2
lió, y vió á un publicano llamado
para testimonio á ellos.
~.~~17.'
Leví, sentado al banco de los pú-
15 ¡Empero tanto más se extendía
i
M r. L
o~s.
blicos'tributos, y le dijo: Sígueme.
su fama; y se juntaban muchas
28 Y dejadas todas las cosas,
gentes á oir y ser sanadas de sus
levantándose, le siguió.
enfermedades.
29 E hizo Leví gran banquete en
16
Mas él se apartaba
1
á
los
iMl.14.23.
su casa; y había mucha compañía
desiertos, y oraba.
Htt. tS. t7.
de kpublicanos y de otros, los cua-
les estaban á la mesa con ellos.
17
Y aconteció un día, que él
30 Y los escribas y los Fariseos
estaba enseñando, y los Fariseos y
murmuraban contra sus discípu-
'doctores de la ley estaban senta-
lcv.2. 46.
los, diciendo: ¿Por qué coméis y
dos, los cuales habían venido de
H ch.V.J 4 .
bebéis con los publicanos y peca-
todas las aldeas de Galilea, y de
dores?
Judea y Jerusalem: y la virtud del
31 Y respondiendo Jesús, les dijo:
Señor estaba
alli
para sanarlos.
Los que están sanos no necesitan
18
Y he aqUÍ UnOS hombreS, mque
rnMt.9.2-8.
médico, Sino los que están enfer-
traian sobre un lecho un hombre
g:;z~·
mos.
que estaba paralítico; y buscaban
n
J n.
u.
39.
32 nNo he venido á llamar justos,
meterle, y ponerle delante de él.
sino pecadores á arrepentimiento.
19
Y no hallando por donde me-
oftft.U.
33
°Entonces Pellos le dijeron:
terle á causa de la multitud, subie-
!\1;,
1
~:
¿Por qué los discípulos de Juan
ron qencima de la casa, y por el
tS- 22.
ayunan muchas veces y hacen rora··
tejado le bajaron con el lecho en
P~i~~1·
:::
ciones, y asimismo los de los Fari-
~~d~i ~~~~~~~e~~l~!úf~
de ellos,
~!;~2~1/· b~b~n1
tus discípulos comen y
le dice: Hombre, tus pecados te
34 Y él les dijo: ¿Podéis hacer
son perdonados.
que los que están de bodas ayu-
21
Entonces los escribas y los
nen, entre tanto que el esposo está
Fariseos comenzaron á pensar, di-
con ellos?
tiendo: ¿Quién es éste que habla •
J n.
16. 4.
35
~Empe..ro
vendrán días cuando
9