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El centurión

S.

LUCAS 7

de Capernaum

ficó su casa sobre tierra, asin fun-

a

M

t.

7. 2s.

13

Y como el Señor la vió, com-

damento; en la cual el río dió con

padecióse de ella, y le dice: No

ímpetu, y luego cayó; y fué grande

llores.

la ruina de aquella casa.

14

Y acercándose, tocó el féretro;

y los que

lo

llevaban, pararon. Y

CAPÍTULO 7

b

~Ir.

5. 41.

dice: Mancebo, á ti digo, bleván-

y

COMO acabó todas sus pala-

tate.

bras oyéndole el pueblo, •entró •

Mt.

s.

15

Entonces se incorporó el que

en Capernaum.

5 - 13 "

había muerto, y comenzó á hablar.

Y dióle á su madre.

2 Y el s_ier-:o de un c:enturión, al

d~

1

~¡,~

2

3

.

16 . Y

todo~ ~vier<?~

miedo,

dy

cual ten1a el en estima, estaba

ever. 39.

glonficabanaD10s,dic1endo: •Que

enfermo y á punto de morir.

J o.

6. 14 ·

un gran profeta se ha levantado

3

Y como oyó

hablar

de Jesús,

/cp.

l.GS.

entre nosotros; y

1

que Dios ha

envió á él los ancianos de los

visitado á su pueblo.

J udios, rogándole que viniese y

17

Y salió esta fama de él por

librase á su siervo.

toda Judea, y por toda la tierra de

4 Y viniendo ellos á Jesús, rogá-

alrededor.

ronle con diligencia, diciéndole;

Porque es digno de concederle

a

M

t.

u .

18

Y sus discípulos •díeron á Juan

esto;

2

-

19

.

las nuevas de todas estas cosas; y

S

Que ama nuestra nación, y él

llamó Juan á dos de sus discípulos,

nos edifi"có una sinagoga.

19

Y envió á Jesús, diciendo ;

6 Y Jesús fué con ellos. Mas

¿Eres tú aquél que había de venir,

como ya no estuviesen lejos de su

ó esperaremos á otro?

casa, envió el centurión amigos á

20 Y como los hombres vinieron

él, diciéndole; Señor, no te inco-

á él, díjeron: Juan el Bautista nos

modes, que no soy digno que entres

ha enviado á ti, díciendo: ¿Eres

debajo de mi tejado;

tú aquél que había de venir, ó

7 Por lo cual ni aun me tuve por

esperaremos á otro?

dígno de venir á

ti; mas di la

21

Y en la misma hora sanó á

palabra, y mi siervo será sano.

muchos de enfermedades y plagas,

8 Porque también yo soy hombre

y de espíritus malos; y á muchos

puesto en potestad, que tengo de-

ciegos díó la vista.

'--

'-

bajo de mi soldados; y dígo á éste:

22 Y respondíendo Jesús, les

Ve, y va ; y al otro: Ven, y viene;

dijo; Id, dad las nuevas á Juan de

y á mi siervo: Haz esto, y lo hace.

lo que habéis visto y oído: que los

9

Lo cual oyendo Jesús, se mara-

ciegos ven, los cojos andan, los

villó de él, y vuelto, díjo á las

leprosos son limpiados, los sordos

gentes que le seguían: Os dígo

oyen, los muertos resucitan, á los

que

ni aun en Israel he hallado

pobres es anunciado el evangelio;

•tanta fe.

h

ver. 50.

23

y

bienaventurado es el que no

10

Y vueltos á casa los que habían

M t. 9 •

2 "

fuere escandalizado en mi.

sido enviados, hallaron sano al

24 Y como se fueron los mensa-

siervo que había estado enfermo.

jeros de Juan, comenzó á hablar de

11 Y aconteció después, que él iba

Juan á las gentes: ¿Qué salisteis

á la ciudad que se llama Nain, é

á ver al desierto? ¿una caña que

iban con él muchos de sus discí-

es agitada por el viento?

pulos, y gran compañía.

25 Mas ¿qué salisteis á ver? ¿un

12

Y como llegó cerca de la puerta

hombre cubierto de vestidos deli-

de la ciudad, he aquí que sacaban

cados? He aquí, los que están en

fuera

á

un difunto, unigénito de su

vestido precioso, y viven en deli-

madre, la cual también era viuda ;

cias, en los palacios de los reyes

y h abía con ella grande compañía

están.

de la ciudad.

26 Mas ¿qué salisteis á ver? ¿un

12