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Esta indiferencia se nota más acentuada aún en las noticias

que sobre los juegos practicados por los antiguos peruanos nos

traen los cronistas de los primeros tiempos de la conquista que

so~

a este respecto, de una parquedad extraordinaria. Hemos tra·

tado de reunir los datos desperdigados en estas crónicas, pero la

lista no es muy alentadora. Las informaciones, además de escasas,

son muy confusas y no podemos contar sino en muy reducida

es~

cala con la ayuda del valioso archiv@l que es la cerámica precolom·

bina, pues hasta el momento, sólo hemos encontrado en ella algu–

nas representaciones que podrían considerarse relacionadas con

ciertos juegos ejecutados con frejoles y algunas muñecas que pu·

dieron servir de juguete infantil, aunque mayores son las probabi·

lidades de que se utilizasen como ofrendas fúnebres o religiosas o

bien como objetos de brujería.

A esta escasez y confusión de datos debemos añadir que los

ct·onistas que los proporcionan no son los que llegaron con los pri·

meros

conquist~dores

y sorprendieron las costumbres indígenas.

Las primeras relaciones com o la de Jerez, Este te, Pedro Sancho de

la Hoz, nada dicen al respecto.

Los datos que nos interesan los

hallamos en crónicas escritas varias decenas de años después de

implantado

el

régimen español, cuando ya los usos y costumbres

eur opeos se habían difundido vastamente. No es por eso de extra–

ñar que ya en el siglo XVII pudieran los indios haber adoptado y

adaptado muchos de los juegos traídos de Europa en la anterior

centur ia

y

el

cronista que los vió jugar pudo creer sinceramente que

se trataba de algo autóctono. Nos refieren algunos autores que el

último lnka, Atawallpa ( 2) , aprendió a jugar el ajedrez estando pri·

sionero de los españoles en Cajamarca, y sabido es que Manko

Inka se aficionó g randemente al juego de los bolos, a tal punto que

en la violencia d e una discusión sostenida a propósito de este juego

con

el

españ o l Górnez Pérez, solda':!o de Almagro que se había

refugiado donde él después de la derrota de su jefe en las Salinas,

pero que es obra rans1ma

y

que existe una copia dactilográfica de ella en

la

Comisión de Folklore del Consej o Nacional de Educación en Buenos Aires,

en dond e él la consultó.

Por nuestr a part e, hemos hecho muchos esfuerzos

para poder consulta rla u ob ten er una copia, pero han sido infructuosos.

(2).-Uno de los que esto r efieren es Guaman Poma de Ayala que dice

asi: "Do como es tando preso connersaua atagualpa ynga con don f ranco. pi–

zarro

y

don diego de a lmagro

y

con los demás españoles

y

j ugaua conello.>

en

el juego de axed res q 'ellos le llaman taptana . .. (Nueva Corónica

y

Buen

Gobierno, Fol. 389).

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