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Ello es que la ignorancia del indio es sumá–
mente compasible, y para exitar mas la caridad de los
sacerdotes, voy á presentarlo, c6mo se le observa en
la actualidad y en el país de Bolivia, y con respecto á
su instruccion reli giosa.
l.
E l indio,
si
asiste al Santo Sacrificio de la ;.nisa,•
16 hace mas matel'ial que mmalmente. Dentro
yn,
del templo dobla sus rodillas, r ecita sus
mutiladas oraciones, dáse golpes de pecho y
despu.es, á no haber sufrido contrastBs
tempora~
les, permanece ill'!pasible, mudo, sin dar mues–
tras de una vida interior r eligiosa. Pero cuan–
do ha sido víctima de injusticias 6 de desgra–
cias derrama abundantes lágrimas, en especial
las mugeres, tal que liquidan le>S ojos del ce–
lebrante y penetran su corazem de ternura.–
Por lo demas, no es ·estraño, ver sentados al–
gunos indios ·6 indias á la misma elevacion de
las sagradas especies .
2. El indio,' si concurre al Santo Rosario, al "Trisa–
gio ,
á la Vía Sacra, 6 alguna otra devocion,
nada contesta,
o
contesta disparates.
.3. El indio cumple con los preceptos de la confe–
sion y eomunion , mas por costumbre y temor,
que por arrepentimiento y amor.
4. El indio no se prepara para su regeneracion es–
piTitual por el retiro del mundo, la oracion, el
exámen , el dolor y los santos propósitos. Ins–
tado por sus alcaldes, mandados por el párro–
co, 6 bien por haber sufrido algunos azares
transitorios, v. g. enfermedad, pobrezas, robo,
disgustos, riñas,&., se llega
á
los piés del con-,