""'
·PRE-HISTORIA. E HISTORIA
"Testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra
de la vida, embajadora de
1~
antigüedad'', así definía clásicamente el gran Ci–
cerón a la Historia, no
sólo·
con su elocuencia característiea, sino con un
pro–
fu...""ldo sentido filosófico que reperoute hasta nuestros tiempbs a través de las,
diversas escuelas de interpretación histórica; ya en el sentido
provideh,cia~is
ta de San Agustín,
que
lleva hasta Bossuet, o en la disquisición humanística
del siglo XVI, que deduce precisamente el "magistra vitae", para moralizar
la historia, media.n'te una especie de escuela filosófica ético-pragmática; o fi–
nalmente, en las modernas interpre!aciones de la ciencia histórica, tanto en el
sentido idealista hegliano de dialéctica y crítica, como en los del materialismo
histórico marxista, en el de Max Nordeux, que confunde Ja sociología con la
historia,. en el espiritualismo sajón de Spengler y Keyserling,
~e
la vislumbran
y
explican como mito o símbolo unixersal de los tiempos; en los "drculos ·
culturales" o "vitales" de los conglome:rados humanos, como señala la escue–
la histórico cultural de Colonia con el P. Schmidt y en Francia con Paul Rivet,
con la interpretación vitalista surgida· del propib seno de América, como quie–
ren algunos historiÓgrafos ·americanos, o, por último, en la dimensión estric–
tamente humana o "espiritual", usando un método propio: el de la compren–
sión, como lo señala Guillermo Dilthey.
1
.
'
Pero existe un objeto eterno de la Historia, común a toda ciencia: la bús-
queda de la Verdad, que fincando en lo objetivo. puro se sitúa en la realidad
y no toma en cuenta sino lo efoectivo, lo probado, el objeto cierto que llega
mediante el conocimiento del pasado;
Por otro lado, existen hechos humanos que llegan hasta nosotros en for..:
ma velada, forma que la vislumbramos y no podemos negar, pero sinl que
po–
damos llegar a probarlos fidedigna y certeramente. Expresándónos gráfica–
mente, son hechos que se diluyen en un suave semitono, entre la luz irradian–
te de la verdad histórica propiamente dicha y la osCI,ll'idad de un pretérito
que se torna retrospectivamente cada vez más n:egro, es 'la penumbra matinal
de lo histórico; estos hechos llegan hasta nosC?tros en forma viviente. y con
sentido a través del tiempo y son conservados por el' pueblo en forma de tra–
dición, arte, leyenda, mito, religión, lengua, etc., hechos innegables per9 no
comprobados
que
persisten
9-
través del tiempo, terreno donde
preci~€mte