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La
obra que ahora
se publica
bajo
el título de "Los Cronistas del
Perú",
es
una importante
contribución docente
al
estudio de nuestras fuentes
histó–
ricas, estando
en la
línea espiritual de
una
producción
peruanista,
desde todo
pun.tode
vi~ta
loable y digna del
mayor
estímulo.
.
Una
breve
reseña
de lo
escrito
por
el
Dr.
Santisteban
Clchoa ratificará esta
opinión:
en
1937 se doctoró
con
la
tesis "El Cusco
ante la
historia de América";
al año
siguiente
presentó
un
trabajo
sobre el conquistador don Diego de
Almagro
el Viejo,
figura
de–
jada en
punible olvido no obstante sus
altos
méritos
durante
el
momento
del
descubrimiento y de
la
conquista;
en
1942 escribe un ensayo sobre el ilustre
cacique
de
Pampamarca,
Tungasuca' y
Surimana
don ]osé Gabriel Túpac
Ama–
ru y Noguera, a
quien considera, con justo criterio, como un símbolo de
afir–
mación
peruanista;
viene luego un sucinto ensayo sobre
la
f¿niversidad de
San
Antonio
Abad;
finalmente
da a
conocer un meritorio
trabajo
(aún no
pu–
blicado) sobre el
famoso mecenas
y eclesiástico
ejemplar
don Manuel de
Mo–
llinedo y Angulo,
aportando
datos que son
una
contribuciÓn
,a]
conocimien–
to de
nuestra
historJ,a colonial.
Admirador
feiViente de
la Confederación
Perú-Boliviana; sintiendo
~ue
la
división
entre
el
alto
y
bajo
Perú fué
una fatali–
dad
y un
artifi~io,
tiene
en preparación una obra
histórica sobre
tan
impor–
tante tema.
Actualmente el profesor
cusqueño está
dedicado
a
escribir
la
historia de
la
Universidad de
Sc,m
Antonio Abq.d, erigida
a
fines del siglo
XVII, con el decidido
apoyo
del obispo 'Mollinedo y Angulo, centro de
es~
tudíos superiores cuyos orígenes están ín timamente ligados
a la
historia
cita–
dina
de
la
vieja metrópoli incaica, y que
trae además
el
recuerdo
del o15ispo
peninsular don Antonio de
la Raya, figura
importante en
la
historia de nues–
tra
éducación colonial,
fundador
del Seminario de
San
Antonio,
a
fines del
siglo XVI, base de
la actual
Universidad.
"
.
·
Sin
embargo, la
contribución del
autor va más allá ·
de
la tarea
que le
ha
'sido
encomendada.
Al
examinar la
documentación de
la
Universidad de
San
'Antonio encontró papeles inéditos
p¡;¡ra la
hisloria de
la
jesuítica Universidad
de
San
Ignacio de Loyola, casi desconocida
a
nuestros esludiosós, decidien–
do historiar
la·
vida de aquel centro de cultuta superior, célebre
durante
el
siglo XVII, en cuyo recinto se recibiera el
famoso Lunarejo.
De esta
manéra
se
podrá comprender la verdadera
historia intelectual del Cusco,
a
través de
su ininterrumpida actividad
académiCa;
pues
la falta
de conocimientos sobre
la
historia de
la
Universidad de
San
Ignacio
ha
impedido comprender 'el moüvo
de
la aparición
y predominio de
la
de
San
Antonio, brillante sucesora de
aquélla.
Como
se ve,
la
inquietud y los
afanés
del
Dr.
Santisteban Ochoa nos lo
muestran,
de
manera
indiscutible, como un estudioso
catedr~tico
y como un
hombre angustiado
por
conocer y
dar a
conocer el muy rico
material
histó-