JOSE MEJIA
V
ALE.RA167
Pero
no
solamente el Derecho de Propiedad sobre
ia
mujer se evidenció en la heréncia, sino además y como resul–
tado de la especialísima concepción del mundo en aquella
época, la mujer tenía la obligación moral de seguir a su
po–
seedor aún más allá de
la
muerte. Es así "como, · cuando fa–
llecía el marido, si poseía varias mujeres, cierto níimero de
ellas debían ser enterradas, vivas o muertas, según la región,
para que
pµ<li~an
satisfacer los apetitos
ma~eriales
del hom–
bre en la vida ultraterrena. (47).
general de la disposición
y
calidad de . la provincia de Gua·
manga, llamada San Joan de la Frontera
y
de la vivienda
y
costumbre de los naturales della. Año de 1
55
7 . -Relacio..
nes Geográficas .de Indias, T. 19, Madrid, 1881. p. · 100:
"Era costumbre entre ellos que el hermano heredaba las mu..
jeres, en muriendo,
y
el hijo las del padre e tenía acceso con
ellas públicamente;
y
aún en el día de hoy lo usan algunos...
Fray
Cristobal de Castro
y
Diego Ortega Morej ón . -Rela–
.ción y declaración del modo que este valle de Chincha y sus
comarcanos se gobernaban antes que hubiese Ingas y después
que los hubo hasta que los cristianos entraron en esta tierra.
-Valle de Chincha,
22
1
de Febrero de 1558. Col. .de Lib.
y Doc. ref. a la Hist. del Perú, T. 109,
2•
Serie, Llma,
1924,
Ob. cit., p. 141: ··así muerto el marido siempre es–
ta quedaba en la parcialidad
del marido
y
no volvía a su
aillo por haber sido comprada y esta cerimonia se guarda el
día de hoy en to.d'os los más valles" .
( 4 7) Go·mara. -Historia General, etc . , Ob . cit . , Cap . CX.XIV:
(Cuzco) ••Todos se entierran, los pobres y oficiales llanamen–
te aunque les ponen sobre la sepultura una alabarda o mo.
rión si es soldado, un martillo si es platero y si es .cazador
un arco y flechas. Para los ingas
y
señores hacen
gran~es
hoyos o bóvedas que cubren con mantas donde cuelgan mu..
chas joyas, armas
y
plumaje, ponen dentro vasos de plata
y
oro con agua
y
vino
y
cosas de comer. Meten también al–
gunas de sus amadas mujeres, pajes
y
otr?s criados que. los