JOSE MEJIA VA.LERA
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allec.iera el marido estaba obligado, moralmente, a guardar.
luto riguroso durante un año, llevando en señal de duelo una
manta negra y, hasta que no cesase de sufrirlo, no podía
contraer nuevo matrimonio para suplir a la
e~posa
principal
muerta. En cambio, si
~oría
una mujer secundaria ni
,
~iquiera
se hacían, en casa del marido, las ceremonias dolo–
rosas de costumbre realizándose éstas, únicamente, en el ho–
gar de sus parientes; lo que reve!a Ja situación se subordina–
ción en que se encontraban. Asimismo, el cargo de esposa
principal no lo tomaba ninguna de las mujeres secundarias,
siendo' preciso una nueva compra
y
ceremonia para ·proveer–
se una esposa de tal índole. (45').
Como puede apreciarse, el estado
d~
poligamia estuvo
en relación directa con el potencial ·económico
y
con la jerar–
quía social del hombre, tomando a la mujer como un simple
. atributo de riqueza o corr..
o instrumento de .placer. El Dere–
cho Paterno. había creadó.
es.tasituación preferencial del va-
( 45) Cieza de
León.~rónica
General, etc., Oh. cit., Cap'. XLI:
(pueblo de Tacunga, Quito)
''Los señores
y
capitanes tie-
nen muchas mujeres pero la una dellas ha de ser la princi–
pal
y
legítima de la sucesión·, de la cual se hereda el seño–
río". Cap. XLIV: (Prov. de Cañares) "Los señores se ca–
san con las mujeres que quieren y más les agrada y aunque
estas sean muchas una es la principal.. . Cap. LXXVII: (Ca–
jamarca) "Los naturales, señores desta provincia fueron muy
obedecidos de sus indios y tenían muchas mujeres.
La
una
de las cuales era la más principal, cuyo hijo, si lo había, su–
cedía en el señorío.. .
Las
Casias.
-Ob.
cit., Cap. XV, p.
7 7: "Cuando se casaban los señores que tenían licencia para
tener mancebas mujeres, con la
muj~r
que recibían por prin–
cipal, que siempre tenían entre las,
~éínás
una dellas por tal,
obraban ciertas cerimonias más que con las otras en señal de
que había de aer la p.rincipal, y destas eran comer y beber y