EL CUSCO DE LA COLONIA
por
J.
URIEL
GARCÍA
(1922)
Pasada la época borrascosa de las guerras entre con–
quistadores, sometida la raza a un estrecho feudalismo,
detentadas sus tierras ante la razón del
"d~recho
de con–
quista"; polvorientas las
rui~as
de la gran Ciudad, co–
mienza la obra constructiva de la Colonia.
A aquella vida paradógica, sanguinaria, amoral
i
a
la vez, varonil i heroica, sucede una larga época de paz
imperturbable, de lánguida monotonía i de intenso fer–
vor religioso, a cuyo impulso surge
la
obra creadora,
concretada, principalmente, en el arte colonial.
Para satisfacer el escrúpulo del remordimiento que
surge acusador en el santuario de la ·conciencia, se
abren, pródigos, los arcones del caudal acumulado ya
por los golpes de la fortuna o ya en pago de algún sacri–
ficio personal para ir a llenar las manos mendicantes
de las congregaciones religiosas, que se alongan desme–
suradamente, para la fábrica de los templos, conventos,
monasterios i lugares píos, perpetuándose, desde enton–
ces, la manda o legado caritativo, en la cláusula
tes.ta–
mentaria.
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