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,

.

§ARLQS CAMINO CALDERON

25

~J

p¡4riRP

d~

bautismo

es~á

obligado

él

co&te~r

el

e

u-

·

j(J'JJ,Ci}fJr

~/'e

'mtff

?Y.ÜJ,

y

los gastos de un alegre pipiripao que se

verifica en la misrna s,ala donde se está velando el cadaver .

. ,, · .E;;, el báile, se

r.epjte

uqa

y mil

veces:

-¡Angeles al cie–

lo;'

¡4rz:gf}l~s

al

Gi~lpl=-.

Los padres están el) el qeber de

n10strar§e

~uy &l~g:!ées

y

ebsequiQsos, au12que con la plata 9el

P\lqri~G.

Razón

t~nia

Saa Agustín cuando decíf!. que de to–

d<..s· las ayes

Jl!l~

Jeva:Q.tan

el

ra~o,

la peor, es el jarro!

Después del s-epelio continúa la borrachera ; pero ya con

Qtro

aspecto, pues según San Agustíq tqllfbién,

~n

el fondd

del vaso está la lujuria. Lo cierto del caso es qt;e las etq–

pas del jolgo!"io de

¡Angeles al Cielo!

se desarrollan de tal

manera, que a los nueve meses justos

el difuntito

ya

est~

reemplazado.

- ANGELES.-.

Seré yo del Earrio de los Attgel?s!

.

En el Barrio .e os :A:t1geles de la antigua ciudad de Piu–

ra,

existían los más fa!m sos ·chLcheros donde la gente det

bronce:

hombres de caminos

(bandolet=-~s),

911eg1íos jediondos,

zambos relambidos

y

china · de falda de cambray

y

diamelas

en la

cape~q,,

se áGían r-ajas·

baHan.do

tonüeros· a golpe de

arpa

y

cajón, comiendo

malaya ilte capáu,

y empinan'do poto

tras poto de esa blanca y espumosa

chicha IJ,ijéra

qu.e

péJ.ra

ser

giiena como Dios. manda,

debe ser cocinada con

h~ña

(}e

alga-

rrobo.,

y

serv-i~ª e~

po.to

de;

[romo

entero~

.

Ir a Piun!

y

no darse un bdnc'o por el Barrio de losAn–

geles, era tan imperd9nable como ir a la Lima de Cáceres y

P·iér.o,la,

y nQ

<;\ar~~

un verde por el Chivato o por

la

Ba–

rranquita.

ANIMAL_

UE

DA:_&O,-Todo an,imal que subrepticia–

mente se introduce a un potrero, o sembrado, para comer de

balde y a boca qué quieres, es uri

animal de daño.

En el Norte, dicen:

Tiene más hambre

q~te

animal de

dá;fj,o)- ...

Por extensión, ese• dicho se aplica a toda persona peli–

grosa por

al~ún

conoe]i>to. En especial, a los pedilones que

andan siempre tras del Agua Florida de las mujeres.