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DICCIONARIO FOLKLORICO DEL PERU ·
Días. de días, el
espesadito
de zapallo en leche de cabra,
íhé pasto de las moscas. Tiempos de tiempos, pasaban sin
que Bancayán lanzara las olímpicas cárcajadas con que acorn- ·
pañaba sus cuentos
.y
chascarros ....
La serrana de Chalaco -que tenía un traspontín absolu–
tamente legal y canónico, y más mañas qu'e
cabra alzada–
no sólo le quitaba el sueldo de campanero de "Huápalas", si–
no hasta los buenos ' soles que ganaba tejiendo atarrayas ...
. , ¿Y todo porqué? Nada más que por el trabajo de ir
dejando en los rincones del rancho, alguna que otra camisa de
tocuyo,
o
fondo
de lana coloraaa, con los que Bancayán se
envolvía la cabeza, y se echaba a dormir canturreando:
Las negras huelen
a
ruda,
las zambas a chicharrón;
las blancas
a
qqeso
~reseo,
la cholas a
n~quesón!
...
¡Nada más que
~or
eso!...
-
·
Al
in,
corno todo tiene término en la vida, y como bueno
es
domaF potro ,
per0
pocos,
llego el momento en que la se–
nana de Chalaco se hartase de que Bancayán anduviera tras
de su Agua Florid_a. Y confirmando lo de
La que vive- en la cocina,
y trabaja en el fogón,
en perpétua chamusquina
siempre tiene el corazón! ...
la
serrana se m.a11dó m1.tdar
con un arriero que llevaba a
Piura, plátanos .y quesos de Vicús. . . ·
Aseguran que cuando Bancayán se enteró de la fuga,
palideció pero no dijo ni una palabra. Tomó su alforja
y
su
palo -ese palo que lo había acornpaña<;lo en todos ·sus via–
jes- y abandonó el rancho, sin despedirse de nadie, en airee.·
ción al despoblado. . . Quería regresar a Sechura a todo tran–
ce!
A la ll)añana siguiente, una comisión que Don bctavio