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EL

IMPERIO SOCIALISTA DE LOS

INCAS

como sabemos. Todo está tan blen ordena;do en el Estado

que nos pre.s·enta, que uno se slente inclinado a admirar el

desorden,

y

los habitant·es son tari exageradam·ente virtuo-

.

.

.

sos, que uno se siente casi tentado a lamentar la falta de

vicios

(1).

Finalménte, a pesar de su ·extre·ma br·ev.edad, los des-–

arrollos que figuran en la Gran Encicl·opedia, en las pala–

bras

Inca

y

Perú,

contienen también varios errores capita–

les. Al le·erlos, tenemos el septimlento de que los franceses

del siglo

xvm

podían dar impunemente libre curso a

su imaginación ·cuando hablaban

de

la Améri·ca del Sur;

hallaban siempre un público dispuesto

a

cre·erles. ·

Ci•ertos ·espíritus más ·científicos han tratado dél Perú

en sus obras.

H·e;

·

e·.tad

ya al abate de Pauw;

a

pesar

d·e su par.cial· a

y d·e

sus

ge

agradecido

a

a remontar

dad"

(2)

qu

sen.sibUi–

oráneos. El

abate Raynal

·e

o

, nos da, en

su "Historia

:ta

osófica ... " u a obra muy_cara·cterísti·ca del

estado de loo espíritus en ese fin de siglo en que no s-e quiere

r·enunciar al ideal del "buen salvajoe",

y

en que, sin embar–

go, d-espués de los viajes de La Condamine

y

de Bougain-

(1) Marmontel se inspira en Garcilaso, en Las Cas..\s

y

en Benzoni;

las inexactitudes de detalle pululan en su abra. Veamos un solp ejemplo:

escribe que el inca hace enarbolar eJ estandarte de guerr'a en una de las

cimas del Illiniza. (p. 238); pues bien,

las

dos cimas de esta montaña tie–

nen

5,300

y

5,160

metros de altura,

y

el f·amoso alpinista inglés Wh:ymper,

vencedor del Chimborazo, ha debido retroc-eder ante una de · ellas. Cha–

tea.ubriand •ha tom:ado de Marmontel una .de las escenas más importan–

tes de

''Atala"

(Chinard,

"L'exotisme américaín dans

l'oeuvre de Cha–

teaubriand",

París, 1918,

p.

289) .

(2)

La expresión

es

d-e

M.

LichtenbeTger,

"Le socialisme au XVIIIe

siecle",

París,

1895,

p .

270.

V.

supra,

ca¡p.

1,

p.

47.

¡De Pauw negaba

hasta considerar como signo de debilidad la falta de 'barba en los indios!

Pasamos en silenci-o los autores de segu11:do orden, como el abate Lam'bert, .

que

se

:limita a resumir a Grurcilaso

("Histoire générale, civile, naturelle,

politique et religieuse de tous les peuples du monde".

París,

1750,

t .

XIII ,

p .

225

y

stg.) •

.

-409-