EL
IMPERIO SOCIALISTA DE LOS
INCAS
el soberano •COncedía frecuentemente algunos de estos de-
~
rechos a grandes persona}es, a titulo de re·compensa (1) . ·
· Como
se
ve, en general
las castas permanecen muy
separadas, y la extensión
~e
los conocimientos, así como
e1 modo de vida, difteren según e·l rango
~ocia-l.
Una
j
erar–
quía ·exacta prosigue paralelamente -en todos los dominios.
El poder viene siempr.e, de arriba, y los dirigentes son ins–
truidos de modo que puedan ·ej-er·c·erlo
pa.rael mayor bfen
,
de to_dos. Sobre estos principios fecundos
se
~edificó
la for-
tuna del imperio (2).
·
··En ·el antiguo drama quichua "O.llan.tay", -el inca res-
,.-
ponde en estos términos a un -general lo -bastante presun-
tuoso para pedirle la mano de una princesa: "Re·cuerda
que eres un simple súbdito.
ad u
;0
·e
su 1ugar.
Tú
has
querido sub" r
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·
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tos
~cuidados,
fué destruí a
~en
ahualpa, ese
usurpador
i~o
una gran
e
a ·
le~,
que ma–
Entonces el equilibrio social se
rompió, los conocimi-entos cayeron en el olvido y el pueblo,
habituado a obed·ecer, erró
c~mo
un perro sin amo .
•
•
,--
(1) Garcilaso, "ComentaTios'!, lib. 6, cap. 35..
(2) ¿Ouál es exact-amente
la
importancta numérica de esta raza?
Lo
ignoramos. Las familias de los alt-os funcionados poligamos
y,
sobre
todo , de los inc-as, eran considerablemente más numerosas que aquellas
•de los
hatunruna.
-1\I.eans a valúa la clase dlrig.ente en 100,000 personas,
pero este número es hipotético (Means,
"A study",
p . 457).
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Imperio.-lO