SERGió QUIJAbA JARA
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LA TRILLA
Como en la mayoría de la región huancavelicana los agri·
cultores poseen pequeños terrenos o generalmente son peone:;
de los pequeños hacendados, siguen las costumbres rústicas
de sus antepasados.
Cuando ya el trigo está maduro nombran un mayordo··
mo para la ciega o corte, éste manda llevar a los
~ocadores
del
"pincullo" y de la tinya; al compás de estos instrumentos
cc–
mienzan a cortar el trigo, cada vez con más aliento hasta ci
primer descanso que es a las 11 de la mañana. Después de
reconfortarse mediante el aguardiente
y
chicha, siguen su t::i–
rea del corté hasta que el pincullo con su constante melodía
da la señal del "suyunacuy", es decir todos los hombres pro–
curan ganarse, hacer mejor y con mayor rapidez para ser
aclamado como el primero y ser' premiado con el "jarahui" que
es un canto especial acompañado de gritos entonado por la::;
"pasñas".
Una vez que terminan de cortar haciendo su huinay o me–
jor dicho terciando las gavillas trasla.dan a la "era".
Al día siguiente cuando el trigo está apilonado en la "era''
se proveen de seis u ocho caballos, ·según la cantidad del ce–
real, para que se lleve a cabo la trilla. El dueño del sembrío
anima a los concurrentes y operarios con aguardiente y sobre
todo.con el "pito" que es una chicha especial preparada de ha–
rina de
m~íz
morocho. Los operarios ya entrados en calvr
principian a seguir a los caballos provistos de látigos y con
huapidos. Es costumbre de que uno por uno ingresen al rue•
do a seg·uir a los caballos. Estos con sus vigorosos cascos van
cada vez más triturando las espigas para dejar libre los gra-
nos de trigo o cébada.
·
Luego llega la hora del "misquipa" o sea el descanso que
es a las 11 a. m., y que aprovechan para chacchar
y
tomar.